Dirigiéndose a los 27,500 fanáticos presentes, incluyendo su familia y seguidores puertorriqueños, Rodríguez dio un emotivo mensaje en inglés y español, superando el nerviosismo a lo largo de 31 minutos que duró el discurso.

El exreceptor vegabajeño también se expresó ante la mirada de un sinnúmero de jugadores inmortales que lo acompañaron en la ocasión.

Y durante el discurso, ciertamente, el momento más emotivo fue cuando el exjugador de los Vigilantes de Texas se dirigió a sus progenitores, quienes presenciaron la ceremonia en un día soleado.

En español, primeramente, se dirigió a su padre, José Rodríguez, a quien lo reconoció como “mi primer profesor” de béisbol, “mi mejor amigo”, quien le enseñó a trabajar duro, con disciplina, sacrificio y humildad. “Estoy aquí mirándote a los ojos como un hall of famer. Tú eres el hall of famer, yo no. Te amo papi”, pronunció Iván antes de contener las emociones.

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Acto seguido se dirigió en español a su madre,  Eva Torres, y le agradeció por ser “mi maestra de la vida, de la familia. Mami: misión cumplida. Lo hiciste. Tienes un hijo de 45 años en Cooperstown recibiendo la placa como uno de los mejores. Gracias.  Te amo con todo mi corazón. Como le dije a papi que es un hall of famer, tú  eres hall of famer doble”, abundó el exreceptor, al tiempo que doña Eva lloraba de emoción frente a las cámaras.

Rodríguez agradeció al resto de su familia, a su hermano mayor Tito (José), a sus hijos, incluyendo el lanzador profesional, Dereck, así como a su esposa e hijos de crianza. 

No se olvidó de sus colegas receptores boricuas, desde Benito Santiago a los hermanos José, Bengie y Yadier Molina y hasta a Jorge Posada.

“Este es un día para celebrar a los receptores grandes de mi país. Los respeto mucho y es un honor ser parte de esta hermandad de puertorriqueños”, dijo.

Mencionó  a sus amistades, como su compueblano y compañero de equipo en los Vigilantes, Juan ‘Igor’ González, y a los coaches y entrenadores que le ayudaron en su carrera, incluyendo a su primer dirigente, Julio Pabón,  y a su entrenador, Edgar Díaz.  Igual le habló a los fanáticos boricuas presentes que vestían camisetas con los colores patrios y ondeaban la Monoestrellada. “Estoy aquí viendo todas esas banderas de Puerto Rico muy lindas y quiero que las suban bien alto porque me siento orgulloso de ser puertorriqueño y de ser el cuarto hall of famer de Puerto Rico”.

Rodríguez es el cuarto puertorriqueño en el Salón, luego de Roberto Clemente (1973), Orlando ‘Peruchín’ Cepeda (1999) y Roberto Alomar (2011). Cepeda y Alomar estuvieron presentes en la ceremonia.

Ante todos ellos se sintió honrado. “Es un orgullo y honor estar en el mismo lugar del heroico e incomparable Roberto Clemente Walker. También de Roberto Alomar y Orlando Cepeda”, dijo Rodríguez. “Siempre digo que somos cinco porque Tany Pérez también es puertorriqueño. Tony eres parte de nosotros también”, dijo al dirigirse a Pérez.

Y aprovechó el momento en que hablaba en español para acentuar en mensaje a los niños y jóvenes de Puerto Rico para alentarlos a cumplir sus sueños. Previamente, Rodríguez usó su estatura  como un tema de motivación para superar barreras y concluyó diciendo que se sentía como un “5’9” bien grande”.

“A los jóvenes, en este momento, les recuerdo que el destino está en sus manos. No tengan miedo al éxito. Se vale soñar. Todo en la vida es posible. Los sueños se logran con dedicación y esfuerzo. Se lo digo por experiencia propia. Así como me ven entre los inmortales que están detrás de mí, ustedes también pondrán el nombre de Puerto Rico y Latinoamérica en alto”.

Rodríguez comenzó el mensaje en inglés y en ese idioma lo terminó.  Comenzó dándole gracias a Dios, y luego a las Grandes Ligas, y al Salón de la Fama por permitirle ofrecer parte del mensaje en español.

Habló de su ídolo, el exreceptor Johnny Bench, también un  hall of famer que estaba sentado detrás de él en la tarima de exaltación, así como  de otros hall of famers como, Nolan Ryan y Ken Griffey Jr., también presentes en la actividad.

Agradeció a dirigentes de Grandes Ligas como Jim Leyland, Bobby Valentine, y Johnny Oates, y nombró a todos los equipos con los cuales  jugó, sobre todo a los Vigilantes de Texas, así como los escuchas que lo descubrieron como  Omar Minaya, Manny Batista y al fenecido boricua Luis Rosa.

Rodríguez fue uno de los cinco exaltados ayer al Salón de la Fama junto a Tim Raines Jeff Bagwell, Bud Selig y John Schuerholz.