Estableciendo el tono de lo que podría convertirse en un Clásico de Otoño que se extienda al máximo, Chicago derrotó 5-1 a los Indios de Cleveland para empatar la serie a 1-1.

Cuando menos se necesitarán los tres partidos, del tercero al quinto, a jugarse desde este viernes hasta el domingo en el Wrigley Field de la Ciudad de los Vientos. Tres victorias seguidas para cualquiera de los dos bandos significaría que la serie no regrese a Cleveland.

“Son siete juegos, y hay que llevarlo uno a uno. No ganar un juego antes de terminarlo. No puedes ganar cuatro juegos en uno”, advirtió el puertorriqueño Javier Báez tras el triunfo de los Cachorros. “Obviamente (estoy) bien emocionado de empatar la serie 1-1 e ir a casa ahora, con el favor de Dios, a ganar también. Jake (Arrieta) estuvo super nasty hoy y sus pitcheos estuvieron ahí, cerca de la zona”.

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El jueves será día libre pero la serie se reanuda en el inicio del fin de semana, cuando se enfrentarán los derechos Kyle Hendricks, por los Cachorros, y Josh Tomlin, por los Indios.

Chicago se amparó la noche del miércoles en un sólido pitcheo de su as abridor Arrieta para controlar la ofensiva de los Indios, a quienes le pagaron casi con la misma moneda del martes. Arrieta, de ascendencia boricua, no estuvo tan magistral como lo estuvo Corey Kluber por Cleveland la jornada anterior, pero su labor fue la esperada de él al contener a una ofensiva que en la apertura de la Serie Mundial había castigado al pitcheo de Chicago con seis carreras y 10 hits, cinco de ellos extrabases.

Tanto la controló, que aunque tuvo que salir después de 5.2 entradas y de permitir una anotación, antes mantuvo un juego sin hits durante los primeros 5.1 episodios.

“Creo que al principio apreté el acelerador demasiado, tratando de hacer mucho más de lo que necesito hacer. Entonces volví a ejecutar solo los buenos pitcheos hacia la parte baja de la zona del strike. Con el cutter yendo hacia un lado y el sinker hacia el otro, intentando ser tan agresivo como puedo, y dejando que esos tipos pusieran la bola en juego para dejar nuestra defensa trabajar”, reconoció Arrieta en la conferencia posterior al juego.

Contrario a otros serpentineros que en su situación aseguran no estar conscientes que llevaba un juego sin hits, el tirador derecho sí dijo estarslo.

Arrieta duró 5.2 entradas en las que le conectaron solo dos hits al llegar la sexta, dio tres bases por bolas y le anotaron una carrera limpia, al tiempo que ponchó a seis.

“Sabía que no había permitido un hit en toda la ruta hasta llegar a la sexta. Fue por 5 1/3. Ese no es realmente el enfoque en un juego como este. Tú realmente lo que quieres es intentar de continuar acumulando outs tan seguido como puedas. Si ellos dan un hit o no, eso realmente no afecta la manera en que enfrentas a esa alineación, especialmente con una ventaja de cinco carreras”, agregó Arrieta.

Antes de abandonar la lomita y permitir la anotación de Jason Kipnis, Chicago ya tenía la pizarra 5-0 y eventualmente, el derecho ganador del premio Cy Young de la Liga Nacional en 2015, cargó con el triunfo.

Kipnis conectó doblete después de un out en la sexta entrada, a medida que Arrieta comenzó a exhibir algo de descontrol. Tan así que después que el boricua Francisco Lindor murió con roleta por segunda para adelantar a tercera a Kipnis, Arrieta hizo par de envíos erráticos, el segundo un lanzamiento salvaje que permitió la anotación de Cleveland para romper el hielo.

Chicago lo quebró mucho antes cuando anotó una vez en el primer episodio y otra en el tercero. La primera de esas carreras fue gracias a doblete de Anthony Rizzo que trajo al plato a Kris Bryant, quien se había embasado por sencillo. Ambos fueron ante los envíos del abridor de Cleveland, Trevor Bauer.

La segunda anotación vino luego de un boleto a Rizzo, y sencillos consecutivos de Ben Zobrist y de Kyle Schwarber, quien está fungiendo como bateador designado de los Cachorros mientras se juegue esta Serie en la Liga Americana.

Bauer, el perdedor, duró solo 3.2 innings en los que permitió seis hits y dos carreras, pero el mayor daño los Cachorros se lo hicieron a los relevistas Zach McAllister y a Bryan Shaw, a quienes les marcaron tres en la quinta.

Lo que había sido el éxito de los Indios en todos los playoffs, su bullpen casi intocable, el miércoles falló. Cleveland utilizó a siete lanzadores en total, en el maratónico partido de más de 4:00 horas, presenciado por 38,172 aficionados.

Rizzo volvió a recibir boleto después de un out en la quinta, por parte de McAllister. Zobrist le siguió con triple productor que puso la pizarra 3-0. Esto provocó la salida de McAllister, y entonces Schwarber pegó sencillo impulsador al bosque central ante Shaw.

Poco después las almohadillas se llenaron, y Chicago anotó una más por pasaporte de Shaw a Addison Russell.

El bullpen de los Cachorros también le viró la tortilla al de los Indios, al completar a la perfección el trabajo de relevo. Mike Montgomery tiró dos entradas en cero después de la salida de Arrieta de la lomita.

El cubano tirapiedras de Chicago, su taponero Aroldis Chapman, dio el último out del octavo inning y se hizo cargo también del cierre del noveno.

Schwarber, que en su primer juego desde principios de septiembre conectó un solo hit en el partido inaugural de la Serie Mundial, el miércoles fue veneno para Cleveland al batear de 4-2 con una anotada y dos remolcadas. Zobrist también se fue de 4-2 con una anotada y una impulsada, incluyendo un triple.

El boricua Javier Báez se fue de 5-1 con dos ponches, y apenas tiene dos hits en nueve turnos para promedio de .222 en el Clásico.

“Yo pienso que no todos los días tú estás caliente. Pero cuando no es uno, es el otro, y tenemos un lineup bastante grande, y confiamos en todo el mundo”, dijo Báez confiado de que en su casa, el Wrigley Field, el apoyo de la afición local pues ayudar a despertar su ofensiva.

“Los latinos de Chicago casi todos son puertorriqueños y se ha visto el apoyo que me dan. No solamente a mí, al equipo. Yo siendo de Puerto Rico, y con tantos puertorriqueños allí, me apoyan bastante”.

Por los Indios, los puertorriqueños Francisco Lindor de 3-0 con un ponche y una base por bolas, y Roberto ‘Bebo’ Pérez de 3-0 con un boleto y un ponche.