A medida que va avanzando la temporada invernal, el serpentinero Joel Piñeiro siente que la fuerza regresa a su brazo.

Piñeiro retornó a las filas de los Leones de Ponce, luego de 13 años de ausencia, con el único fin de demostrarse a sí mismo que le queda mucho béisbol por delante y que puede ser una pieza clave en cualquier equipo de las Grandes Ligas.

“En cada salida pienso que hay más fuerza. Siento que el brazo está más saludable y regreso a ser el mismo que era antes de mi lesión”, dijo Piñeiro, quien jugó sus últimos dos años en las Mayores con molestias en su brazo.

En junio de 2012, Piñeiro se sometió a una cirugía en su hombro para reparar un desgarro del labro anterior y posterior, y el manguito rotador de su brazo derecho.

La recuperación duró 15 meses e incluyó varias salidas de rehabilitación en el sistema de liga menor de los Orioles de Baltimore, novena con la que firmó por última vez en el béisbol organizado.

Antes de regresar al diamante el año pasado, Piñeiro conversó con varios jugadores que pasaron por el mismo proceso quirúrgico.

“Pensaba que se me iba a hacer difícil regresar, pero me acerqué a otros jugadores que pasaron por la misma operación y me dijeron que se podía hacer. Que con esfuerzo y paciencia iba a poder lograrlo”, sostuvo.

“Cuando me operé, lo hice para regresar. Mi misión, más allá de demostrar a los equipos, es demostrarme a mi mismo que me queda béisbol”, prosiguió.

En la temporada regular, Piñeiro tuvo marca de 2-0 y efectividad de 3.12 en cinco aperturas, números muy parecidos a los que registró con Ponce en la temporada 1999-2000, cuando tuvo marca de 2-0 y efectividad de 3.71 en igual número de salidas.

Sin embargo, este año los fanáticos en Puerto Rico han podido apreciar de cerca lo que se habló hace seis años. Piñeiro ha realizado cambios en su juego.

“Todo comenzó en San Luis con Dave Duncan, cuando me aconsejó en los campos primaverales que tenía un buen sinker, que confiara más en él y ayudaría más a mis lanzamientos el mejorar mi localización en vez de enfocarme en la fuerza”, recordó Piñeiro.

El serpentinero fue una de las figuras dominantes en la rotación de los Marineros de Seattle en sus primeras dos campañas completas al conseguir 30 victorias entre 2002 y 2003.

Pero su efectividad comenzó a subir en los siguientes cinco años y Seattle decidió no hacer una oferta luego que alcanzara los 6.36 de ERA en la temporada del 2006.

Firmó con Boston como agente libre en el 2007 y recibió tareas de relevista. Tampoco funcionó y para mitad de año fue enviado a las menores.

“Lo comencé a hacer (seguir el consejo de Duncan) y los batadores conectaban más roletas y conseguía más strikes. Podía llegar a la quinta entrada con entre 55 y 60 lanzamientos. Ese nuevo enfoque, que contó con la ayuda de Yadier Molina, me dio un segundo aire”, manifestó Piñeiro.

En cada una de sus salidas con Ponce, Piñeiro ha generado interés y ha tenido, una vez más, el ojo evaluador de varios escuchas. Sin embargo, aún no ha recibido una oferta.

“Sé que han venido a mis salidas, pero ahora mismo no hay ninguna oferta encima de la mesa”, comentó.

Por lo pronto, Piñeiro sigue enfocándose en ayudar a los Leones a volver a la Serie de Campeonato y mejorando su repertorio en la búsqueda de esa oportunidad, ya sea como abridor o como relevista.

“No estoy enfocado en un solo rol. Puedo ser abridor, como lo he hecho a lo largo de toda mi carrera, o ayudar a un equipo como relevo largo o corto. Lo que quiero es volver a lanzar en las Mayores”, expresó.