Aprovechar las oportunidades que surgen al máximo. 

Esas palabras se han convertido en la consigna de los atletas en diferentes disciplinas, cobran vital importancia en algunos deportes de conjunto y han sido el pensamiento diario del ‘utility’  de los Astros de Houton, Enrique “Kike” Hernández. 

El jugador, de 22 años y natural de Toa Baja, debutó el martes, 1 de julio, en las Grandes Ligas y rápidamente hizo sentir su bate. 

En su primer partido bateó de 2-2 con un doble y una carrera remolcada. Ayer, conectó de 3-1 con un cuadrangular por encima de la verja del jardín de la izquierda del Minute Maid Park.

“Tan solo estaba esperando que me dieran la oportunidad. Tan pronto te llegue esa oportunidad, tienes que aprovecharla  al máximo y en eso me he enfocado”, sentenció Hernández vía telefónica luego de concluido su segundo desafío, en el que jugó como bateador designado ante los Marineros de Seattle. 

Hernández reconoce que su rol dentro de las filas de los Astros ahora mismo es ser ‘utility’ y  ser consistente viniendo del banco. Sin embargo, su meta es trabajar más fuerte aún para jugar todos los días en las Grandes Ligas. 

“Sé que mi rol ahora mismo es de ‘utility’, pero yo quiero jugar todos los días. Para eso tengo que trabajar mucho más duro, hacer las cosas pequeñas cada vez que tenga la oportunidad, como ocurrió hoy cuando pegué el jonrón”, sostuvo  Hernández. 

Luego de pegar el enorme cuadrangular, Hernández se encontró con una figura conocida en el plato, el receptor Carlos  Corporán, su compañero de equipo en las filas de los Gigantes de Carolina en la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente. 

“Me sentí como si yo hubiera pegado el jonrón. Ver a mi compadre jugar en las Grandes Ligas, en el mismo equipo mío, en el mismo ‘lineup’  conmigo y ver ese batazo fue grandioso”, dijo Corporán, quien ayer se fue de 2-0. 

“Veo a un Kike más maduro al que jugó en la liga invernal. Es distinto en su juego, más paciente. Te podría decir que el pasado torneo invernal le sirvió de mucho. Aún le falta un poco más, pero definitivamente está listo para realizar el trabajo”, prosiguió Corporán al hablar sobre el fogoso jugador que bateó para promedio de .337, con ocho cuadrangulares y 31 carreras remolcadas en 67 partidos en Triple A.

Todo para su familia

Sin embargo, este momento que está viviendo Hernández en los pasados tres días, en los que no ha podido conciliar el sueño, cobra mayor importancia luego de pensar que su familia estaba en las gradas viviendo una de sus metas. 

“Para mí lo más importante era que ellos (sus familiares) estuvieran en este momento. Mi sueño desde pequeño es jugar en las Grandes Ligas y sabía que podía estar aquí  y sostenerlo con hechos. Incluso, hasta me visualizaba en este escenario”, confesó Hernández. 

“Pero yo sé que llegar aquí es algo más grande para mi papá. Él fue quien me enseñó, el que me llevaba a practicar, el que me inculcó el amor por este deporte. Yo les decía a todos: ‘No importa lo que valga, ustedes tienen que estar allí ese día’, y así fue”, continuó con voz entrecortada al hablar sobre su papá, el ex dirigente de los Criollos de Caguas, Enrique Hernández.