El boricua Enrique ‘Kike’ Hernández tuvo el jueves una noche mágica en el Wrigley Field de Chicago y en Puerto Rico, a 2,049 millas de distancia, se encontraba su madre Mónica González celebrando cada batazo en su casa, gracias a un generador eléctrico.

La falta de electricidad en la Isla después del paso del huracán María no iba a ser impedimento para que Mónica presenciara lo que su hijo había pronosticado previo al choque ante Chicago: conectar un jonrón en el quinto juego de la Serie de Campeonato.  

Además de la situación que enfrenta el País, la familia de Hernández está inmersa en una nueva batalla contra el cáncer.  

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La abuela del jugador lucha  contra el cáncer de seno, un año después que su padre dio por terminada su batalla contra el cáncer de médula ósea. 

En las gradas le aplaudió su orgulloso padre, Enrique  Hernández, quien viajó a Chicago desde Virginia, lugar donde fue trasladada la abuela del jugador antes del huracán. “Fue una emoción tan grande estar en ese juego. He estado en otros juegos en los que Kike ha dado cuadrangulares, pero este es uno especial. Es el más especial por el momento que estamos viviendo, porque  fue  en una Serie de Campeonato y porque ahora va para la Serie Mundial”, explicó.