Hasta en los peores momentos, Francisco Lindor no ocultó su contagiosa sonrisa. 

Por tal razón, el campocorto estelar de los Indios de Cleveland se siente orgulloso por el equipo a pesar de perder la Serie Mundial frente a los Cachorros de Chicago en siete partidos. 

"Para mí, no fue una desilusión. Fue una temporada exitosa. Sorprendimos al mundo", dijo el cagueño de 22 años luego de juego, no apto para cardíacos,  que se extendió a entradas extra. 

"Nadie nos tenía aquí y fue divertido. Creo en los jugadores que tenemos. Creo en la química que tenemos, tenemos una buenos. Estoy con miras al 2017. Tenemos que seguir trabajando duro, mantenernos humildes y hambrientos y veremos qué pasa", agregó. 

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Lindor terminó el desafío decisivo de 5-0 con un ponche y una base por bola. No obstante, dicha actuación no resume la grandiosa postemporada que tuvo en la ofensiva y defensiva. 

En octubre, el candidato a Guante de Oro promedió .305 con 18 imparables (tres dobles), dos cuadrangulares y seis carreras impulsadas. En la Serie Mundial, terminó  con .296 con ocho hits y una carrera impulsada. 

Los Indios, que buscan su primer campeonato desde 1948 y en su primer Clásico de Otoño desde 1997, perdieron una ventaja de 3-1 pero se mantuvieron aguerridos contra la poderosa ofensiva de los Cachorros que despertó cuando estuvo contra la pared. 

"Duele. Duele que perdimos. Queríamos terminarlo pero es parte del juego. No sé cuando podamos volver pero creo en lo que tenemos y quiero ver cómo nos va", expresó. 

Roberto Pérez, receptor de los Indios y compatriota de Lindor, dijo, por su parte, que la novena nunca se rindió. 

"Estoy orgulloso de estos muchachos. Peleamos hasta lo último pero fue una derrota fuerte", precisó Pérez, quien pegó dos cuadrangulares en el primer duelo. 

Durante la temporada muerta, Lindor tiene el compromiso de jugar en diciembre con los Cangrejeros de Santurce en el béisbol invernal, además de ser parte de la novena boricua para el Clásico Mundial de Béisbol que regresa en marzo.