Llevar el apellido de un padre que labró una exitosa trayectoria en las Grandes Ligas viene acompañado de cuantiosas responsabilidades y elevadas expectativas.

Ese el caso de Jesmuel Valentín, Dereck Rodríguez y Carlos Baerga Jr, integrantes de los Indios de Mayagüez de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente. Cada uno se abre camino en la pelota organizada con la esperanza de emular las carreras de sus respectivos padres, pero ninguno descansa sobre las pasadas ejecutorias de José “Tony” Valentín, Iván Rodríguez ni Carlos Baerga.

“Los primeros años me metí mucha presión por el ser hijo de Tony. Traté de hacer lo mismo o mejor a lo que hizo. Pero con el tiempo a medida que fui adquiriendo madurez comprendí que él tuvo su carrera y yo la mía. Cuando llevo el apellido en la camiseta lo que intento es lucir y defenderlo como mi papá hizo tanto dentro como fuera del terreno”, compartió el joven intermedista de los Indios ante del inicio de un doble partido contra los Cangrejeros de Santurce.

El patriarca Valentín estuvo activo 16 años en las Mayores con estadías en los Cerveceros de Milwaukee, Medias Blancas de Chicago, Dodgers de Los Ángeles y Mets de Nueva York. Jesmuel, de 23 años, está a la espera de la oportunidad para brillar por luz propia.

“Nuestras carreras son totalmente distintas. Tengo algunos elementos que él no tuvo en su momento y viceversa. Estuvimos en los parques desde pequeños y el béisbol lo llevamos en la sangre. Uno aprende gracias a que estuve junto a él rodeado de otros peloteros”, relató.

Rodríguez, por su parte, tiene la envidiable encomienda de seguir los pasos de su padre que completó un paso por las Grandes Ligas que lo llevó a ocupar un espacio en el Salón de la Fama en Cooperstown, Nueva York.

“No soy de esas personas que se impone presión por el apellido. Juego el béisbol lo mejor que pueda. Todos saben quién es mi papá, pero soy otro. Sé que tanto con Carlos como con Jesmuel es así y cada uno está tratando de hacer su propio camino”, compartió Dereck, quien inició su carrera como guardabosque antes de pasar a ser lanzador.

“Siempre me ha gustado la pelota y no había otro camino para mí. Iba a ser pelotero de una manera u otra”, continuó diciendo el joven de 25 años que perteneció a los Mellizos de Minnesota antes de firmar con los Gigantes de San Francisco.

Finalmente, Baerga Jr. es el más reciente que está probando suerte en el béisbol organizado. Después de completar cuatro años universitarios, firmó como agente libre con los Bravos de Atlanta.

“Es un orgullo llevar el apellido (Baerga). No me gusta que me presenten como el hijo de Carlos Baerga. Simplemente soy Carlos”, aseguró Baerga Jr, guardabosque de los Indios. “No me gusta llamar la atención aunque la gente sepa. Obviamente, intento que mi papá se sienta orgulloso a la misma vez que existe una presión porque la gente está observando lo que uno hace”, agregó. “Por un error que cometa será criticado más, pero desde pequeño ha sido así. He sabido bregar con esa situación, trato de ser lo más responsable posible. Sin querer, pero con querer, el apellido me ayuda a mantenerme en la línea recta”, concluyó Baerga Jr.