El exreceptor puertorrriqueño Iván Rodríguez aseguró que su entrada al Salón de la Fama del Béisbol es un logro suyo, de su familia y de todos los puertorriqueños.

En su primera aparición pública en Puerto Rico tras su entrada al Salón de la Fama la semana pasada, Rodríguez solo tuvo palabras de agradecimientos para todos los que han estado a su lado respaldándolo a lo largo de su trayectoria en las Grandes Ligas.

“Todos somos ‘Hall of Famers’. Si no hubiera sido por el apoyo que me han dado por 21 años, no estaría aquí”, aseguró Rodríguez al inicio de su alocución ante las decenas de personas presentes en la conferencia de prensa en el Hotel Caribe Hilton.

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Rodríguez también le dio crédito a la labor de sus padres Eva Torres y José “Josean” Rodríguez por haberle encaminado por el camino correcto.

“Qué puedo decir de mis padres. Ellos son los ‘Hall of Famers’, yo no. Los sacrificios que hicieron por mí y mi hermano José, levantándose temprano para ir a la practicas los martes y sacrificarse todos los fines de semanas”, sostuvo Rodríguez.

El vegabajeño se convirtió la semana pasada en el primer puertorriqueño desde el particular caso de Roberto Clemente en entrar al recinto de inmortales del béisbol en su primera oportunidad. Es el cuarto boricua en recibir el llamado, pues ya están inmortalizados allí Clemente, el inicialista Orlando “Peruchín” Cepeda y el intermedista Roberto Alomar.

“Ese hombre que está allá”, manifestó Rodríguez antes de señalar a su papá. “Fue el primero que me enseñó a mí como coger un guante y lanzar una bola. Él fue el que me cambio de la primera base y lanzador a ser cátcher. El cariño y el apoyo que me dieron de pequeño vale mucho. Ellos están sintiendo lo que siento yo, una alegría impresionante. Hasta el día de hoy yo no creo que soy un salón de la fama”.

Rodríguez, de 5’9”de estatura, es uno de los más grandes receptores que ha habido en el béisbol. Irrumpió en las Grandes Ligas con los Vigilantes de Texas el 20 de junio de 1991 y estableció una carrera de 21 temporadas consecutivas en las Mayores.

En su carrera, Rodríguez fue 14 veces al Juego de Estrellas, ganó 13 Guantes de Oro, obtuvo siete bates de plata. Además, fue el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 1990, uno de 10 receptores que han ganado ese juego. En 2,543 partidos, conectó 2,844 hits, acumuló 572 dobles –para quedar en la posición 26 en la lista de todos los tiempos-, se fue para la calle 311 veces e impulsó 1,332 carreras.