El tercera base de los Tigres de Detroit, Miguel Cabrera se convirtió esta noche en el primer jugador en 45 años   que completa la triple corona de bateo  en las Grandes Ligas, el 15to en la historia y el único latino hasta el momento que lo ha alcanzado en las Mayores, para unirse a una lista de nombres legendarios como Mickey Mantle, Ted Williams y Lou Gehrig.

El venezolano cerró la campaña con promedio de .330, cuatro puntos porcentuales por encima de Mike Trout de los Angelinos de Los Ángeles. Además el antesalista fue líder en cuadrangulares con 44 y arrasó en carreras remolcadas al totalizar 139.

“Es un sentimiento increíble. No puedo describir lo que estoy sintiendo en estos momentos”, dijo Cabrera luego de concluir el partido de ayer en Kansas City.

La hazaña de Cabrera no se oficializó hasta que los Yanquis sustiyueron a Curtis Granderson por un bateador emergente en su juego contra los Medias Rojas de Boston. Granderson pegó dos jonrones para llegar a 43 en la campaña, igualado con Josh Hamilton de Texas, pero ambos se quedaron a un macanazo de Cabrera.

“ En mi caso, la parte más difícil fue ganarle el título de bateo a Tony Oliva, contra quien me enfrenté en la última serie del año”, dijo frank Robinson, quien ganó la triple corona en 1966.

 “Estoy seguro que para Miguel fue mucho más retante, tomando en consideración la cantidad de lanzadores especialistas que hay hoy en día”.

Carl Yastrzemski de Boston fue el último jugador en conseguir la triple corona, en 1967.

“Estoy contento de que (Cabrera) haya alcanzado esta hazaña mientras lidera a su equipo al título de la División central de la Liga Americana”, expresó Yastrzemski mediante un comunicado. “Yo fue afortunado de haber conseguido la triple corona en 1967, como parte de los Medias Rojas.

El comisionado de Major league Baseball, Bud Selig, también le extendió su felicitación al venezolano, mientras llamó a la triple corona como “un logro maravilloso que lo coloca en un grupo elite en la historia del béisbol”.

“Por mucho tiempo, Miguel ha sido uno de los mejores bateadores del béisbol y este reconocimiento sabrá apreciarlo por el resto de su carrera”, agregó Selig.

El público en el Kauffman Stadium de Kansas City le regaló a Cabrera una ovación de pie justo antes de que saliera al terreno en la primera entrada.

Se fue de 2-0, el último turno, un ponche en la cuarta entrada, pero se mantuvo en el juego, lo que permitió que el dirigente Jim Leyland lo sacara del cuadro luego de dos fuera, para recibir el segundo aplauso sonoro de los miles de fanáticos en el estadio.

Cabrera saludó a sus compañeros de equipo mientras entraba al dugout de los Tigres. Luego, regresó al terreno para saludar a los presentes levantando su gorra. 

Cuando la gesta fue oficial, fue anunciada en la pizarra del estadio, lo que provocó otra ovación.

“Puedo decir, sin duda alguna, que se lo está disfrutando. ¿Cómo no disfrutarse lo que ha hecho si eres un  pelotero?”, dijo Leyland.

“Pero, conociéndolo, dudo mucho que disfrute igual toda la atención extra que ha recibido y las conversaciones extras que ha tenido. Eso está fuera de su personalidad real”, añadió. Hasta la hazaña de Cabrera, la triple corona parecía una reliquia de otra época. La última vez que alguien lo logró, la Serie Mundial todavía se jugaba únicamente de día, no había postemporada y cada equipo tenía solo ocho equipos.

Cabrera había alcanzado cada uno de los títulos de forma individual. Fue el mayor jonronero de la Liga Americana en el 2008, líder de carreras remolcadas en el 2010 y cargó con el título de bateo el año pasado.