Hasta hoy, seis parejas de padres e hijos puertorriqueños han vestido un uniforme de las Grandes Ligas. Sume otro apellido a la corta lista.

Dereck Rodríguez, hijo del miembro de Salón de la Fama de Béisbol Iván “Pudge” Rodríguez fue reclamado por los Gigantes de San Francisco para que se reporte a la novena en Denver, Colorado, para una serie contra los Rockies que inició anoche y culmina el miércoles.

“Feliz y contento porque logró su sueño. Se trabajó duro para eso y la única tristeza que tengo es que me encuentro fuera (de Estados Unidos). No podré estar en Colorado debido a que no conseguí un vuelo para llegar a tiempo”, dijo a Primera Hora Rodríguez con orgullo.

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Dereck Rodríguez fue seleccionado por los Mellizos de Minnesota en el sorteo de 2011 como guardabosque. Sin embargo, debido a que no tuvo mucho éxito ofensivamente, la organización optó por convertirlo en lanzador. A nivel Triple A, el derecho inició en nueve partidos donde acumuló 53 ponches en 50.1 entradas. Además, su efectividad era de 3.40.

“Ha trabajado duro a la mecánica. Una de las cosas que tiene es que aprendió rápido. Llevar solamente dos o tres años lanzando y llegó a las Grandes Ligas. La mecánica que tiene es impresionante y trabajó bien duro para estar mental y físicamente listo. Uno se prepara para tener un año bueno”, comentó Rodríguez, considerado uno de los mejores receptores en la historia del béisbol organizado.

Luego de siete años con la organización, su contrató terminó luego de la temporada 2017 y firmó con los Gigantes durante la temporada muerta. Fue utilizado principalmente como iniciador, pero saldrá del bullpen con los Gigantes.

“Obviamente, me llena de orgullo ambas cosas. Lo escogieron en algo que quería que era jugar béisbol y estar en el equipo de Grandes Ligas es una felicidad grande para mí de que lo haya logrado”, sostuvo “Pudge”. “Es bueno ver sus logros, trabajo duro para ello y estoy feliz de que mi hijo haya logrado seguir mis pasos”, agregó.

Rodríguez intentará llegar a Denver, Colorado, con la esperanza de ver a su hijo estar en la loma.

“Estoy en stand by. En cualquier momento puedo ir, pero seguramente será esta semana”, concluyó.

GRUPO SELECTO (SUB)

Los Rodríguez ahora pertenecen a un minúsculo de padres e hijos boricuas que han alcanzado las Mayores.

Julio Navarro debutó el 3 de septiembre de 1963 con los Angelino de Los Ángeles como lanzador, mientras que su hijo Jaime hizo lo propio en 20 de junio de 1989 con los Cerveceros de Milwaukee también como pitcher.

Eddie Oliveras tenía 21 años cuando fue ascendido por los Cardenales de San Luis. Jugó por primera vez el 16 de septiembre de 1960. Tres décadas después, su hijo Omar debutó también con los Cardenales.

En septiembre de 1970, José “Cheo” Cruz se integró a los Cardenales como guardabosque. Luego pasó a los Astros de Houston donde se estableció. Cruz Jr. debutó en las Mayores dos años después de haber sido escogido tercero en el sorteo de 1995 por los Marineros de Seattle.

Iván de Jesús vio la luz del día con los Dodgers de Los Ángeles en septiembre de 1974. Eventualmente, tuvo una carrera de 15 años. La estadía de su hijo De Jesús, Jr no ha sido tan extensa, pero en el 2011 debutó también con los Dodgers.

En septiembre de 1992, José “Tony” Valentín hizo su entrada oficial a las Mayores con los Cerveceros de Milwaukee como campocorto. El pasado abril, su hijo Jesmuel vio acción por primera vez en el equipo grande con los Filis de Filadelfia.

Santos Alomar Conde tenía 20 años cuando fue reclamado por los Cerveceros en septiembre de 1964. Casi 24 años después, Roberto comenzó con los Padres de San Diego una carrera digna del Salón de la Fama de Béisbol. Cinco meses más tarde, su hermano Sandy también estaba en las Grandes Ligas con la misma organización.