Para muchos, la cerveza y el béisbol van de la mano. La “fría” se ha convertido en algo normal en las gradas de los estadios de pelota, algo así como las semillitas o los “hot dogs”.

Pero lo que muchos aficionados no saben es que, mientras ellos se dan su cervecita, el alcohol también fluye en el dugout. Así lo confesó en días recientes el veterano receptor de los Bravos de Atlanta, A.J. Pierzynski, quien suma 18 temporadas en las Mayores. 

“No voy a mentir. He bebido antes y durante los partidos. He jugado partidos con resaca, pero nunca he jugado un partido intoxicado”, rememoró Pierzynski en entrevista con Garbage Time with Katie Nolan. 

“A veces estás en un partido de 15 entradas, de seis horas, y uno de los pitchers abridores ya lleva como 12 cervezas, y uno dice ‘diantres, estoy envidioso de ese tipo’. Y lo próximo que es escuchas es ‘rally beers’ y coges una, porque no quieres botarla. Luego te ponchas, y piensas ‘no debí haberme dado esa cerveza’”, añadió sonriente. 

No es la primera vez que sale a la luz pública el consumo de alcohol de los jugadores durante partidos de Grandes Ligas. En el 2011, el lanzador Jon Lester reveló que algunos integrantes de los Medios Rojas de Boston bebían cerveza en el camerino durante los partidos.