San Francisco. Los pronósticos se siguen cayendo. No hay rival muy grande para esta inspirada novena de Puerto Rico, que en la madrugada de hoy se convirtió en finalista del Clásico Mundial de Béisbol tras apuntarse otra victoria que pocos hubieran previsto.

Puerto Rico hizo historia al ser el primer equipo que elimina a Japón de un Clásico Mundial, tras llevarse su duelo de semifinal por marcador de 3-1 en el AT&T Park de San Francisco. Una vez más, las emociones se apoderaron de todos los integrantes de la novena boricua, que celebraron entre brincos y abrazos su clasificación en el terreno de San Francisco, un lugar en el cual se consagraron como el “matagigantes” de este torneo. Primero fue Venezuela en San Juan, luego Estados Unidos en Miami y ahora los nipones, dos veces campeones defensores del Clásico Mundial.  

“Hay muchas emociones, desde que comenzamos jugando la primera ronda en Puerto Rico”, aceptó el dirigente Edwin Rodríguez en conferencia de prensa luego de la victoria sobre Japón.  “Sabemos que muchas personas están viendo en Puerto Rico. Esta victoria es enorme, es algo grande, un gran logro para Puerto Rico. No solo para los jugadores, sino para todo el país”, afirmó Rodríguez.

Anoche, los actos heroicos fueron, como ha sido la costumbre en este torneo para Puerto Rico, repartidos entre varios. El abridor Mario Santiago se llevó la victoria al lanzar 4.1 entradas en las que silenció la ofensiva japonesa. Solo permitió dos hits, embasó un bateador y ponchó a dos, antes de salir por una molestia en su brazo derecho.

En la ofensiva, Alexis Ríos salió de su letargo ofensivo y conectó un enorme jonrón de dos carreras en la séptima entrada para aumentar la ventaja de los isleños a 3-0.

“Yo sé que la gente de Puerto Rico tiene que estar orgullosa”, expresó Santiago. “El equipo de nosotros, desde que fuimos a Florida a entrenar, estaba bien motivado y contento. El corazón de nosotros estaba con ellos, y el de ellos con nosotros”, añadió.

Puerto Rico hizo historia al derrotar por 3-1 al campeón defensor, Japón, y avanzar al juego por el título del Clásico Mundial.

Por su parte, Ríos destacó que, como bateador “lo único que nosotros podemos hacer es trabajar en nuestro ‘approach’ y tratar de hacer nuestro trabajo, como sea. Aquí no podemos estar pensando en mecánicas ni otras cosas”. 

Tanto Santiago como Rodríguez apuntaron a la importante labor del receptor boricua Yadier Molina detrás del plato. Molina fue anoche el pelotero más vocal en el campo y, a la vez, mantuvo fuera de ritmo a la ofensiva de Japón al acelerar la velocidad del partido. 

“Si empezamos con un plan de trabajo, pues seguimos con ese plan: no dejar que los bateadores se pongan ‘ready’, y atacarlos siempre. Eso fue lo que trabajamos hoy (ayer)”, reveló Santiago. 

“Todo el mundo conoce de los números y estadísticas, pero el liderazgo de Yadier, eso es lo que no se puede cuantificar en estadísticas. Eso fue lo que vimos: la energía, la intensidad, la forma de llamar el juego, el control del juego completo. Por eso es que Yadier es el mejor del mundo”, destacó, por su parte, Rodríguez.

El equipo de Puerto Rico tendrá la jornada de hoy libre, aunque Rodríguez expresó que entrenará por la mañana solamente con los lanzadores.  Luego, a las 9:00 de la noche (hora de Puerto Rico), República Dominicana y Holanda jugarán por el segundo boleto a la gran final, pautada para mañana, martes.

Sin importar el rival, Rodríguez anunció que el abridor en la final será Giancarlo Álvardo y el primer relevista será Hiram Burgos.