Pittsburgh. Justo antes de que la familia Clemente se parara sobre la segunda base para realizar la ceremonia de recordación al fenecido astro boricua, una leve llovizna se posó sobre el PNC Park.

Era como si desde el cielo, Clemente viviera la misma emoción que su esposa, Vera Zabala, y sus hijos Roberto Jr. y Luis Roberto estaban sintiendo en el terreno de juego y lamentara no poder estar con ellos.

En una corta pero emotiva ceremonia, la ciudad de Pittsburgh, la organización de los Piratas y la propia familia de Clemente conmemoraron ayer los 40 años del hit 3,000 del ídolo boricua y de todos los latinoamericanos.

Antes del inicio del partido entre los Piratas y los Rojos de Cincinnati, la familia Clemente fue objeto de un homenaje a aquella significativa fecha que se convirtió en un momento legendario para el béisbol, en especial para los latinos.

Doña Vera y dos de sus hijos caminaron hasta la segunda base, junto con el ex lanzador y compañero de equipo del carolinense Steve Blass.

La fanaticada le brindó un sonoro aplauso cuando fueron presentados.

“Estar en el terreno de juego cuando nos presentan, como siempre, se siente el amor y el respeto que esa fanaticada siente por la memoria del viejo”, dijo Luis Roberto Clemente.

Luego de observar en la pantalla gigante el vídeo del momento en que el boricua conectó el hit 3,000 el 30 de septiembre de 1972 en el Three Rivers Stadium, el actor Modesto Lacén salió trotando del jardín derecho en su personificación de Roberto Clemente y se unió a la familia en el área de segunda base para colocar allí una almohadilla conmemorativa de aquel histórico momento.

“Ver a Modesto, que es como parte de la familia, salir con el uniforme de él (Roberto) fue bien emocionante. A la misma vez, estaba lloviendo y, para mí, eran como lágrimas del cielo (de Roberto)”, narró doña Vera luego de la ceremonia.

Mientras, Luis Roberto sacó unos segundos de la ceremonia para, en su interior, rendirle su propio tributo a su padre.

“Mientras poníamos la segunda base, mentalmente le estaba dando las gracias. Felicitándolo por quien fue, por lo que nos dejó, por lo que representa como latino y como padre”, subrayó.

De igual manera, el hijo mayor de los Clemente se emocionó al hablar de la experiencia que vivió en el terreno.

“Los sentimientos no los puedo explicar. Siendo el mayor de los tres y cómo yo extraño a papi, tener este momento, 40 años después, es algo muy especial. Pensar que ese fue su último momento, su último hit…”, recordó el primogénito. Tres mil hits no es lo mismo que 2,999. Y ese era papi. Él siempre tenía algo con el número tres. El número 21, es dos más uno, tres. Tuvo tres hijos, conectó 3,000 hits…”.

Uno que no tiene el apellido Clemente pero sí experimentó emociones fuertes fue Lacén, quien no pudo contener las lágrimas al momento de describir lo que sintió cuando salió del jardín derecho en su personificación de Roberto Clemente.

“Esto es un sueño hecho realidad. Como actor, como hombre puertorriqueño, es una de esas joyitas que atesoraré toda la vida” , dijo Lacén, al tiempo que aseguró sentir una emoción muy fuerte en varios momentos de la actividad, como si experimentara que el propio Clemente estuviera con ellos.

Cuando toqué el letrero (que ilustra una cita de Clemente en el pasillo del estadio), se me pararon los pelos. Me pasa a cada rato. No sé si es de locos, pero yo hasta le hablo”, concluyó aún emocionado.