Más allá de haber sido pelotero modelo, Roberto Clemente dejó un legado que ha perdurado por más de cuatro décadas.

El puertorriqueño dedicó parte de su vida al trabajo comunitario, al punto que falleció trágicamente el 31 de diciembre de 1972 cuando se dirigía a llevar ayuda a las víctimas de un terremoto que sacudió a Nicaragua pocos días antes. Por ello, y por muchas otras razones, Clemente dejó una huella en muchos rincones

“Mundialmente, es una cosa increíble. Hay escuelas, parques, ligas, hospitales y diferentes proyectos con su nombre. En Liberia había monedas con su imagen en circulación. En Manheim, Alemania, hay un parque de béisbol con su nombre”, señaló Vera Zabala al hablar sobre lo vivo que está el recuerdo de su esposo.

Tras lograr su histórica gesta de 3,000 hits, no hubo mucho tiempo de celebración para Clemente, quien continuó con su obra filantrópica en Puerto Rico y el exterior.

“(Esos meses) fueron un poco activos. Nosotros, después de la temporada, viajábamos de vacaciones. Acá daba clínicas y se envolvía con la comunidad”, recordó la viuda de Clemente a Primera Hora.

La euforia por el hit 3,000 se vio empañada en menos de tres meses por el sismo ocurrido en el país centroamericano que segó la vida de sobre 20,000 personas, además de prácticamente destruir a Managua.

“(A él) lo lloran generaciones que no lo conocieron en vida, han leído sobre él, y eso emociona. Todavía pasan cosas que uno no se imagina que hasta etapa, después de 40 años, pueden ocurrir, es increíble, una cosa extraordinaria”, recordó.

Es que Clemente dejó una huella que jamás será borrada de la mente de todos aquellos que lo conocieron o aprendieron de su historia.