Los Marineros de Seattle por fin lograron atrapar un pez grande en la agencia libre.

En su anhelo por convertir a la franquicia nuevamente en una ganadora, la gerencia del equipo puso ayer en la mesa de Robinson Canó una osada propuesta de 10 años y $240 millones que fue aceptada para poner fin a la carrera del dominicano con los Yanquis de Nueva York.

En la ecuación, Canó acordó un pacto que iguala el tercer mejor contrato concedido a un pelotero de las Mayores en la historia, imitando el arreglo que logró el también dominicano Albert Pujols con los Angelinos de Anaheim hace tres años atrás. Ambos acuerdos están solo detrás de los dos megacontratos que adquirió Alex Rodríguez en el 2000 con los Vigilantes de Texas, por 10 años y $250 millones, y en el 2007 con los Yanquis de Nueva York, por el mismo tiempo y $275 millones.

De esa forma, los cuatro contratos más grandes en la historia de las Grandes Ligas han sido otorgados a jugadores dominicanos.

Comprometerse con ofrecer esa cantidad de dinero fue lo necesario para conseguir que el intermedista dejara a los Yanquis, una novena con mayores posibilidades de llegar a la Serie Mundial y con la que jugó por nueve temporadas desde su debut en el 2005.

Canó así pone fin a un historial neoyorquino que lo vio participar en siete postemporadas y ganar un anillo de campeón en el 2009. En contraposición, ahora jugará para una novena que ha estado en el último lugar de la División del Oeste en la Liga Americana en siete de los pasados 10 años.

En Canó, los Marineros obtienen a un bateador que estabiliza una alineación que ha tenido el peor promedio de la Liga Americana en las pasadas cinco temporadas.

Igualmente, obtienen a un jugador confiable, pues Canó ha jugado entre 159 y 161 partidos a partir del 2007, lo que demuestra lo saludable que se ha mantenido en su carrera. Además, la pasada temporada bateó para promedio de .314 con 27 cuadrangulares y 107 carreras remolcadas.

Ese nivel de producción no pudo ser igualado por ninguno de los bateadores de los Marineros el año pasado. Como cuestión de hecho, el líder en promedio y carreras remolcadas del equipo fue el cubano Kendrys Morales, quien promedió .277 con 80 carreras impulsadas.

Mientras, el renglón de cuadrangulares, fue dominado por el ex yanqui Raúl Ibañez, quien solo disparó dos jonrones más que Canó. Sin embargo, este próximo año ninguno de los dos jugadores estará de vuelta con Seattle.

Un detalle adicional que Seattle espera conseguir con la firma de Canó es que otros agentes libres se motiven a también considerar a los Marineros como un posible equipo al cual unirse.

Desde hace varias semanas se viene hablado de que los Marineros están muy interesados en contratar al puertorriqueño Carlos Beltrán y al dominicano Nelson Cruz, sobre todo luego que fallaran en enamorar al veloz guardabosque Jacoby Ellsbury, quien llegó a un acuerdo con los Yanquis a principios de esta semana.

Por otro lado, en los pasados dos días se ha escuchado con insistencia su deseo de traer a sus filas al lanzador de los Rays de Tampa Bay, David Price. Una movida como esa podría fortalecer la rotación de la novena que tiene como pilares al venezolano Félix Hernández y el japonés Hisashi Iwakuma.

En tanto eso sucede, por el presente, Canó dejó a la franquicia más poderosa del béisbol para unirse no necesariamente a un equipo espectacular, sino para pasar a hacer historia junto a sus compatriotas Rodríguez y Pujols como los peloteros mejor pagados de todos los tiempos en las Mayores.