El exjugador de las Grandes Ligas Orlando Merced, quien en 13 años como pelotero profesional del más alto nivel generó ingresos por más de $13.8 millones, hoy miércoles ha sido uno de los estudiantes en graduarse de Justicia Criminal del Recinto de Fajardo de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Y lo hizo con honores de Cum Laude, siendo incluso el estudiante que tuvo a su cargo el mensaje de los actos.

Merced, quien firmó como profesional a los 18 años y jugó para los Piratas de Pittsburgh, Azulejos de Toronto, Mellizos de Minnesota, Expos de Montreal y Astros de Houston, ha completado sus estudios a los 18 años de haber jugado su último partido como pelotero profesional, a los 51 años de edad.

En su mensaje a la clase, el también dirigente de los Grises de Humacao en la pelota Doble A de Puerto Rico, destacó que quiso completar los estudios porque tras su carrera profesional deportiva y pese a las comodidades que le dio el béisbol, en su interior sentía un vacío y necesitaba enfrentar nuevos retos.

“A pesar de las comodidades que me había brindado la vida sentía un vacío en mi interior, tal vez, de creer que lo tenía todo, pero a la misma vez de sentir no servir para nada. Tal vacío siguió creciendo de manera paulatina hasta convertirse en ansiedad, preocupación y desasosiego. Sentía que me faltaba algo.  Necesitaba nuevos retos; emprender nuevamente una vida productiva. Esta vez no se trataba de aplausos o reconocimientos, ni de ganar o perder, ni mucho menos dinero. Era más bien un crecimiento personal, de un desarrollo intelectual, de emprender nuevas luchas en beneficio de otros. Se trataba de desempeñarme en aquello que me inspirara satisfacción, de la búsqueda de la felicidad por aquello que quería ser o hacer, sin saber lo que era”, dijo Merced en su mensaje a la clase.

“Sumergido en esa lucha interna, recuerdo haber observado una promoción de la Universidad Interamericana de Puerto Rico que repentinamente levantó en mí una emoción especial, que llenó de entusiasmo mis pensamientos y sentimientos. Se trataba de la posibilidad de emprender una carrera universitaria. La perseverancia y la fortaleza fueron factores que me encaminaron a tomar la decisión correcta. Llega a mi memoria, cuando por primera vez caminé en el Recinto de Fajardo, con una grata emoción de integrarme a la vida universitaria”.

“Los estudios, no fueron nada diferente a mi vida como pelotero. En el recorrido me di cuenta de la gran cantidad de similitudes que tiene el juego de pelota con la vida universitaria. Era asunto de poner en práctica los valores éticos y morales que debe poseer el ser humano para cumplir su propósito en la vida. La humildad, el respeto, la responsabilidad, la prudencia, la pasión, la honestidad, el compromiso, la dedicación y el servicio al prójimo, son sólo algunos de los patrones de conducta que forman nuestra personalidad y que me han servido de base para llevar a cabo todas mis ejecutorias en la vida.  No saben cuán feliz me siento de haber llenado aquel vacío que me embargaba hace unos años atrás, destacó Merced.

Al fin de su mensaje, Merced felicitó a sus compañeros graduados destacando que el reto ahora es el de salir a influenciar a las nuevas generaciones de Puerto Rico.

“Definitivamente… ¡La sacamos del parque!”, dijo Merced.

En su carrera de 13 temporadas, Merced bateó de por vida para promedio de .277 con 103 jonrones y 585 RBI. Fue un estelar para los Piratas de Pittsburgh en sus años como contendor a principios de los años 90 y también vio acción en una postemporada con Houston.

Además de la cifra millonaria que ganó en las Mayores, por haber jugado más de 10 años cobra anualmente una pensión como exjugador de las Grandes Ligas.