Mineápolis. Los Gigantes llegaron a sacar una ventaja de 9 1/2 juegos en su división, pero la misma se esfumó y ahora escoltan a los Dodgers en el Oeste de la Liga Nacional.

Durante mes y medio, los Azulejos comandaron el Este de la Americana hasta que una seguidilla de lesiones conspiró para que perdiesen 23 de sus últimos 34 partidos y quedar detrás de los Orioles.

Kansas City enhebró una racha de 10 victorias para escalar a la cima en la Central de la Americana, pero los Tigres reaccionaron en el último mes y marcan el paso con una diferencia de seis juegos y medio.

No existen garantías en las Grandes Ligas, lo que hace presumir que los últimos dos meses y medio de temporada regular serán vibrantes.

Y puede ser que los Marineros, Azulejos y Reales rompan este año sus largas sequías sin clasificarse a los playoffs.

Aquí cinco interrogantes sobre lo que sigue en la campaña:

¿Aún pueden los Azulejos alcanzar a los Orioles?

Las lesiones de Edwin Encarnación, Brett Lawrie y Adam Lind amenazan con socavar las pretensiones de Toronto de poner fin a 20 años sin avanzar a la postemporada. Quedarse de brazos cruzados mientras esperan que los tres se recuperen no es la solución.

De aquí al 31 de julio, la fecha límite para realizar cambios sin restricciones, los Azulejos necesitan reforzarse en diversas áreas: en su rotación abridora, tal vez un infielder adicional, algo más de ayuda en el bullpen. Pero más que nada precisan un bate productivo en caso de que la ausencia de alguien como Encarnación sea demasiado extensa.

Para José Bautista, Toronto no puede dejar por alto la oportunidad que se le presenta esta campaña, en la que los Yanquis y los Medias Rojas andan a los tumbos.

“En lo que llevo aquí nunca habíamos estado mejor posicionados a esta altura de la temporada”, afirmó el jardinero dominicano que lleva 17 jonrones y 54 impulsadas. “Estamos ahí, a tiro, como se dice. Cualquier tipo de ayuda puede ser decisiva”.

¿Cómo está el físico de Miguel Cabrera?

El primera base venezolano lidera las Mayores con sus 75 remolcadas, batea para .306 y encabeza la Americana con sus 34 dobles, pero varias de sus estadísticas muestran tendencia a la baja. Su total de jonrones es de apenas 14, luego que en las dos previas –en las que fue el ganador del premio al Jugador Más Valioso– sacudió 44 en cada una. Además, su porcentaje actual de slugging de .534 sería su más bajo en una década.

Cabrera se tuvo que someter a una operación en la ingle en octubre pasado y, durante el Juego de Estrellas, reconoció que “hay momentos en que no me siento bien”.

Pero los Tigres parecen bien perfilados para ganar su cuarto banderín seguido, gracias a una rotación que sigue fuerte pese al declive de Justin Verlander y la aparición del bate del jardinero J.D. Martínez (.654 de slugging y 13 jonrones en 55 juegos).

Los Reales tratan de evitar que su sequía sin ir a los playoffs se prolongue a 29 campañas. Con James Shields y Yordano Ventura al frente de la rotación, pueden salir a flote al considerar que en el resto del calendario dispondrán de una mayoría de juegos contra oponentes con récord por debajo de .500.

¿Aguantarán los Cerveceros?

Después de ponerse 19 juegos por encima de .500 al 28 de junio, Milwaukee procedió a perder 11 de 13 y ahora mantiene la mínima diferencia sobre los Cardenales de San Luis en la Central de la Nacional.

No se pueden quejar, considerando que su marca actual es de 53-43. Hace un año estaban con 38-56, en la cola y a casi 20 juegos de la punta.

“No sé qué harán ustedes, pero me voy de paseo a Wisconsin Dells (un parque acuático) y disfrutaré un par de días con mi hijos y nadar un poco”, dijo el jardinero dominicano Carlos Gómez, uno de los cuatro cerveceros que fueron convocados al Juego de Estrellas. Los otros fueron el tercera base dominicano Aramis Ramírez, el cerrador venezolano Francisco Rodríguez y el receptor Jonathan Lucroy.

“Si uno se pone a hacer comparaciones con el año pasado, estamos bien. Estamos en una posición envidiable”, añadió Ramírez.


Si Ramírez y Ryan Braun evitan el tipo de dolencias que causaron que se perdieran largos periodos en 2013, deben estar en condiciones para frenar la acometida de unos Cardenales que echarán de menos a su estelar catcher Yadier Molina por casi todo lo que queda de campaña.

¿Los Ángeles o San Francisco?

Los Dodgers se están acostumbrando a ir de menos a más.

“Siempre comenzamos lentos, somos como los elefantes. Lentos, pero aplastantes”, comentó el jardinero cubano Yasiel Puig. “Cuando se van acoplando los muchachos, llegamos a donde queremos”.

Pero San Francisco, campeón de dos Series Mundiales en 2010 y 2012, no se va a rendir, y acaba de recuperar al lesionado primera base Brandon Belt.

Los Ángeles cuenta con varios prospectos, como el pitcher mexicano Julio Urías, el jardinero Joc Pederson y el torpedero Corey Seager, que podrían ser usados como anzuelo para un canje de impacto.

¿‘Wild card’ para los Marineros?

Los Marineros no se clasifican a los playoffs desde que ganaron 116 en 2001. Se suponía que el fichaje de Robinson Canó ayudaría a Seattle de inmediato, pero no tanto, y eso que el segunda base dominicano apenas ha conectado siete jonrones.

Buena parte del crédito de que estén con foja de 51-44 corresponde al as venezolano Félix Hernández, con 11 aperturas seguidas de siete o más entradas permitiendo dos o menos carreras limpias. El derecho parece encaminado a su segundo Cy Young.

Seattle ha logrado reaccionar tras rachas negativas de ocho y cinco juegos seguidos. Y se fueron a la pausa del Juego de Estrellas ganando dos de tres ante los Atléticos, el equipo con el mejor récord de las Mayores, excelente envión anímico para el tramo final.

Su reto será no necesariamente alcanzar a los Atléticos sino a los Angelinos de Anaheim, quienes comandan el comodín sobre ellos con ventaja de 6 1/2 juegos. Pero por lo visto hay ilusiones.

“Hay un actitud distinta este año”, dijo el tercera base Kyle Seager, quien fue seleccionado para el Juego de Estrellas tras batear 15 jonrones y 63 impulsadas.

El desafío para McClendon será darles algo de respiro a sus lanzadores, que se fueron al descanso manteniendo a los rivales con el tercer porcentaje más bajo de las Mayores (.226) y el tercer mejor promedio de efectividad (3.15).