La victoria de los Senadores de San Juan en la edición de 1995 de la Serie del Caribe de béisbol no solo fue un triunfo histórico en la pelota nacional, sino que sirvió para revivir el interés de la fanaticada en el béisbol invernal y en la celebración de la tradicional competencia anual que reúne a los equipos campeones de las ligas boricuas, de la República Dominicana, Venezuela, México y Cuba.

Anterior a la celebración del campeonato de 1995, la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe confrontó problemas para generar interés en montar el campeonato regional. México, inclusive, fue la sede de las ediciones de 1989, 1992 y 1993. Por su parte, la Serie del Caribe se celebró en Miami en el 1990 y 1991, mientras que Puerto de la Cruz, Venezuela, llevó la edición de 1994.

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Sin embargo, para el veterano historiador y estadístico de béisbol Jossie Alvarado, el triunfo de los Senadores revivió el interés del público por múltiples factores.

“A mi entender, una de las cosas que más influyó fue el que el equipo llevó en su uniforme el nombre de Puerto Rico, y si no fue la primera vez que un equipo en la Serie del Caribe lo hizo, pues fue una de las primeras. La final de ese año (de la liga boricua) fue entre San Juan y Mayagüez y fue similar a la final que escenificaron este año los Cangrejeros y los Indios; reñida, luchada y de gran calidad. Eso aumentó el interés de los fanáticos”, indicó Alvarado a Primera Hora.

Precisamente, los amantes del béisbol disfrutaron de las ejecutorias, a lo largo del torneo nacional, de figuras como Carlos Delgado, Carlos Baerga, Edgar Martínez, el integrante del Salón de la Fama Roberto Alomar, Juan “Igor” González, Rubén “el Indio” Sierra, Bernie Williams y Carmelo Martínez, entre otros. En fin, un verdadero festín de béisbol.

“Cuando tu comparas las actuaciones de esos jugadores desde el 1992 hasta el 1996, en esa era varios de los jugadores ganaron sortijas de campeonato en las Grandes Ligas, campeonatos de bateo, guantes de oro, bates de plata (Silver Slugger). Ya venían con una base, como peloteros establecidos, a jugar en Puerto Rico. Si tú les preguntas a ellos lo que sintieron al tener el nombre de Puerto Rico en el pecho, te dirán que muchos no tuvieron de representar a la Isla en competencias internacionales. Eso llevó el juego de ellos a otro nivel. Eso se vio en el terreno de juego con el apoyo de los fanáticos y la cantidad de público que asistió a los partidos”, puntualizó Alvarado.

Alvarado opinó que la Serie del Caribe de 1995 fue uno de los momentos más grandes en la historia del béisbol porque la novena, confeccionada con los mejores peloteros puertorriqueños y refuerzos, es considerado uno de los mejores en la historia de la Serie del Caribe.

“Existe un debate de si el equipo que ganó en el 1955, donde jugaron peloteros como Willie Mays, Don Zimmer y otros, fue mejor, pero el conjunto del 1995 no tiene nada que envidiarle a ningún equipo, de ningún país, y de ninguna de las ediciones de la Serie del Caribe”, añadió Alvarado.

Desde el 1995 en adelante, la Serie del Caribe ha disfrutado de una sede estable que se ha repartido entre Dominicana, México, Venezuela y Puerto Rico, alternando de país en cada año.