Se acerca el Día de Reyes, y eso significa que estamos en la semana en que se anuncia quiénes serán los próximos exaltados al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown.

La pregunta para esta edición será si el puertorriqueño Edgar Martínez recibirá su regalo de Reyes con un poco de retraso, el próximo 8 de enero, cuando se haga oficial el anuncio.

El ex marinero figura, nuevamente, entre los candidatos a ser considerados en una boleta que aparenta ser una de las más fuertes en la historia. Este año, entran por primera vez los lanzadores Greg Maddux y Tom Glavine, ganadores de 300 partidos. Entre los dos, han ganado seis premios de Cy Young.

Además, este año también entrarán en la boleta Kenny Rogers, Mike Mussina y Frank Thomas, y regresan algunos jugadores vinculados con la era de los esteroides como Barry Bonds, Rogers Clemens, Sammy Sosa y Rafael Palmeiro.

Con eso en mente, ¿cuáles son las posibilidades de que Martínez pueda ser escogido en su quinto año de elegibilidad?

Para el historiador y estadístico de béisbol Jossie Alvarado, la entrada de Martínez a Cooperstown deberá esperar mucho más.

“No entrará en los próximos años. No porque no tenga los méritos para estar allí, sino porque en la lista a seleccionar entrarán jugadores de mucho más impacto”, sostuvo Alvarado.

Muchos de los votantes de la Asociación de Cronistas de Béisbol de América (BBWAA, por sus siglas en inglés) podrían tener la misma opinión que Alvarado, tomando en consideración que Martínez no llegó a los 3,000 hits de Craig Biggio y Palmeiro. Tampoco superó los 500 cuadrangulares, como lo hicieron Bonds, Palmeiro, Thomas y Mark McGwire.

Otros se amparan en la percepción de que un bateador designado no puede ser medido con la misma vara de aquellos que jugaron a la defensa toda o gran parte de su carrera.

Sin embargo, el doradeño tiene algunos méritos que podrían mantenerlo en la boleta hasta que expire su término para recibir votos en el 2024.

Como designado, Martínez es considerado entre los mejores. Incluso, el premio que distingue a los jugadores de esa posición lleva su nombre.

Además, terminó con el promedio más alto entre designados con .312 (seguido por .308 de Paul Molitor), lo que lo posiciona en el lugar 95 en la historia de las Grandes Ligas. Su promedio de embasamiento en su carrera fue de .418. Además, conectó 2,247 imparables, 309 cuadrangulares y 1,261 carreras remolcadas. También ganó 11 bates de plata.

Su WAR (wins above replacement), una estadística que ha tenido prominencia en los pasados años, fue de 40.5 entre 1995 y 2001 y solo fue superada en ese periodo por Barry Bonds (56.8), Alex Rodríguez (46.5), Jeff Bagwell (44.9), Ken Griffey Jr. (41.1) y Sammy Sosa (40.5), todos bateadores de prominencia durante esa época.

En su primer año de elegibilidad para el Salón de la Fama (2010), Martínez obtuvo el 36.2 por ciento de los votos. Posteriormente, tuvo el 32.9 y 36.5 por ciento. Entonces, el año pasado vio un leve descenso al alcanzar 35.9 por ciento.

Para permanecer en la lista, necesitará obtener un porcentaje mínimo del cinco por ciento.

Para el historiador Jorge Colón-Delgado, las posibilidades de Martínez de ser exaltado volverán a ascender a partir del 2017.

“En los próximos años las posibilidades van a mermar. Pero luego del 2017, podríamos ver un aumento nuevamente. A partir de esa votación tendrá más chance. Él permanecerá en la boleta”, dijo.

Colón-Delgado fue más allá al asegurar que habrá que observar el comportamiento de los votantes en los próximos años sobre aquellos jugadores que estuvieron ligados a la era de los esteroides. Así se sabrá si hay un cambio en los parámetros al evaluar a los peloteros.

“Los periodistas de la Liga Americana, que vieron su impacto, han sido consistentes con sus votos. Solo les falta convencer a los periodistas de la Liga Nacional. Tan pronto suba al 40 o 50 por ciento, aumentarán las posibilidades de ascender al siguiente año”, subrayó Colón-Delgado.