Puede que Víctor Antonio Rivera esté imposibilitado de participar en algunas actividades físicas junto a otros niños de su edad. Sin embargo, eso no limita su capacidad de atesorar extraordinarias aspiraciones.

Cuando apenas tenía un año y medio de nacido, doctores diagnosticaron que sufría de poliarteritis nudosa, una vasculitis necrotizante que afecta arterias musculares de mediano y pequeño calibre. Víctor Antonio, de ocho años, es un caso poco común. Por regla general, la enfermedad se evidencia en adultos que superan los 40 años de edad.

Fue una revelación que tomó por sorpresa a los integrantes de familia. Se sintieron devastados, pero aun así determinados a hacer todo lo posible para que Víctor Antonio pueda llevar una vida normal.

Las circunstancias no permiten que Víctor Antonio pase largos periodos de tiempo expuesto al sol sin la requerida protección. Tampoco puede correr por extensas distancias, pues se fatiga. Además debe ser cauteloso y evitar estar en la presencia de personas enfermas.

“Víctor es un niño especial desde que nació. Desde su pequeñez, por su peculiaridad, nos ha ganado a todos”, compartió su mamá Emynés Quiles Avilés. “Es cariñoso. Le encanta agradar a los demás, piensa primero en los demás y después que todos estén feliz, él lo es también”, agregó.

Quiles Avilés se percató de que algo afectaba a su hijo al ver algunas anomalías en los dedos de Víctor Antonio. Debido a ello, enseguida lo llevaron a un hospital para una evaluación, pero los doctores no podían ofrecer un diagnóstico preciso.

“Después de tener un hijo mayor saludable y entonces escuchar su condición, decidimos que sería un niño normal dentro de sus limitaciones. Vamos a tratar de que lleve una vida normal porque es un ángel que Dios nos envió”, afirmó la joven de Orocovis.

Víctor Antonio toma un sinnúmero de medicamentos diarios. Debido a que su condición es de adultos, no debe hacer esfuerzos físicos y, a su vez, tiene que llevar una dieta baja en azúcar y sal.

“Tiene restricciones para mantener sus condiciones dentro del margen”, explicó.

Deportista de corazón

Sin embargo, su interés hacia los deportes, particularmente el béisbol, representa una serie de desafíos para la familia.

“Ve a su hermano que juega béisbol, a su papá (Víctor Rafael Rivera) jugar, a su abuelo y hasta a su mamá es deportista, así que lo lleva en la sangre. Quiere entrar a jugar y es difícil. Si uno lo deja quiere jugar baloncesto, fútbol. No tiene límites”, precisó Quiles Avilés.

Cumplirá un sueño

Víctor Antonio tendrá una oportunidad única a través de Make a Wish Puerto Rico. El pequeñín que vive en el cuerpo de un niño de cuatro años se vestirá de pelotero durante una actividad con la presencia de una de las novenas de la Puerto Rico Baseball Academy & High School.

El encuentro será mañana, viernes, en el estadio Evaristo “Varo” Roldán en Gurabo. 

De hecho, Make a Wish Puerto Rico está alentando al público general para que asista con el fin de alentar a Víctor Antonio, quien podrá emular al campocorto de los Astros de Houston, Carlos Correa, su pelotero predilecto.

“(Correa) es mi favorito porque es puertorriqueño y me gusta como juega”, dijo Víctor Antonio, quien tiene dos metas en su vida.

“Quiero llegar a Grandes Ligas y ser un veterinario”, aseguró el afable niño.

¿Y por qué no? Víctor Antonio un ejemplo de que las barreras son meros estorbos en un largo camino.