Los fanáticos de los Mets de Nueva York andan en una nube. Los metropolitanos entraron a la acción de anoche en el primer lugar de la División del Este, una posición la cual no muchos pronosticaron a estas alturas de la temporada de las Grandes Ligas.

Los Mets visitaban anoche a los Marlins de Miami con record de 56-50, con un juego de ventaja sobre los Nacionales de Washington. La novena neoyorquina busca su primera temporada con récord ganador desde el 2008, y su primera aparición en la postemporada desde que perdió el séptimo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional ante los Cardenales de San Luis en el 2006.

Para fortuna de los fanáticos de los Mets, el panorama luce muy halagador. Según señaló el Wall Street Journal, los oponentes de los Mets en lo que queda de temporada tienen un porcentaje ganador combinado de .455, lo que les da el calendario restante más fácil de todas las Grandes Ligas. Los Nacionales, por ejemplo, enfrentarán rivales con un porcentaje de .470. Los Gigantes de San Francisco y los Cachorros de Chicago, rivales de los Mets en una posible lucha por el comodín, tendrán oponentes con un porcentaje combinado mayor de .500.

Los Mets cerrarán el actual mes de agosto con series contra los Rockies de Colorado, Filis de Filadelfia y Medias Rojas de Boston, equipos que ocupan los sótanos de sus respectivas divisiones. Mientras, en septiembre, Nueva York tiene un total de 16 partidos contra los Filis, Bravos de Atlanta y Marlins, quienes juegan por debajo de .500 en la División del Este.

Si desean asegurar el banderín del Este, los Mets tendrán la oportunidad de crear espacio entre ellos y los Nacionales. Pero, si por el contrario, no aprovechan el débil calendario que les espera, se las podrían ver negras al final. Y es que los metropolitanos cerrarán la temporada regular con una serie de tres partidos contra los Nacionales en el Citi Field de Nueva York del 2 al 4 de octubre. 

Con el historial de mala suerte que agobia a los Mets, una última serie contra Washington para definir el banderín es receta para desastre.