GURABO. Hace 20 años, José “Pito” Hernández superó una de las marcas que fue considerada intocable en el béisbol profesional de Puerto Rico. 

Durante 26 años, la cifra de 19 cuadrangulares conectados por un puertorriqueño a lo largo de fase regular estuvo en poder de Orlando “Peruchín” Cepera. El hall of famer acumuló la mencionada cantidad en el torneo 1961-1962 y parecía que dicho récord perduraría para siempre. 

Sin embargo, los marcas existe para ser quebradas y Hernández rebasó la suma en el 1997-98. La superó por un jonrón y ese el el récord para un nativo que perdura hoy. 

No es, sin embargo, el récord de la liga. Esa es 27 cuadrangulares y está inscrita bajo el otrota refuerzo de los Cangrejeros de Santurce, Willard Brown, establecida en la campaña del 1947-1948.

Hernández, ahora coach de los Gigantes de Carolina, recordó durante una entrevista con Primera Hora lo que catalogó como un “momento de ensueño” y todavía se expresa incrédulo por una hazaña que, hasta la fecha, no ha estado ni bajo amenaza.

¿Parece que fue ayer que superaste a Cepeda?

“La verdad es que fueron recuerdos brutales, pero ni uno se acuerda. Creo que estamos tan concentrado en lo que estamos haciendo en el equipo (Carolina) que ni lo había pensado. Fue una experiencia brutal y los fanáticos se lo acuerdan a uno. Una anécdota reciente es que estábamos jugando en Gurabo, se me acercó un fanático después del tercer out y me preguntó si era Pito Hernández. Le respondió que sí y fue que otros fanáticos en el juego tenían la duda de que si en efecto fui quien había conectado 20 jonrones en Puerto Rico. Fue una temporada bonita. No me gusta estar hablando de mí, prefiero que sean otros lo que divulguen esa información”. 

Los ojos estaban sobre ti, ¿entiendes que gracias a eso el béisbol se mantuvo relevante en Puerto Rico? 

“Entiendo que sí. Hice lo que hice y fue una temporada brutal. La cosa era diferente, el béisbol era diferente. La gente antes tenía más conocimiento. Este año por ser una temporada de 18 juegos por los huracanes, la gente no está tan entusiasmada por el béisbol, pero esos años fueron oro. Se jugaba una pelota buena como siempre”.

¿Prefieres que tu nombre perdure en la historia o que venga otro y te supere?

“Ya mi nombre esté ahí. Si alguien lo rompe, pasaré al segundo lugar. Los récords están para romperse. No sé cuándo será, pero ahora que soy coach, me gustaría estar en ese momento y que me lo pueda disfrutar”.