El detalle siempre está en las letras chiquitas.

Miles de fanáticos boricuas y de otras nacionalidades que adquirieron boletos para el partido de cuartos de final del sábado 18 de marzo con la esperanza de ver a Puerto Rico en el Loan Depot Park como parte del Clásico Mundial de Béisbol recibieron la sorpresa de que no será Puerto Rico el que juegue el sábado, sino Estados Unidos contra Venezuela.

El WBC indicó desde el jueves en la noche, tras el triunfo estadounidense, el cambio de fechas que provocó que el Team Rubio en vez de jugar el sábado ante México, lo haga el viernes en la noche, moviendo el partido de Estados Unidos ante Venezuela al sábado en la noche.

Esto provocó una avalancha de reacciones de indignación por parte de fans de la Isla y del exterior que invirtieron en boletos de avión, estadías de hotel y boletos para poder presenciar el partido, pero que ahora verán un desafío que no será el que esperaban.

Estos reclamos parecen haber quedado en el aire y la organización del Clásico no ha ofrecido información en cuanto a qué se podría hacer con los boletos, si algo, y que remedios aplicarían.

Captura de Twitter.
Captura de Twitter. (Twitter)

Pero al final, la telecadena Fox utilizó su poder como poseedor de los derechos para transmitir el Clásico Mundial de Béisbol para colocar los juegos de Estados Unidos, campeón vigente, como mejor le funcionara. Y resulta que lo había establecido desde el inicio del torneo.

Las gráficas diseminadas por el sitio del Clásico desde el inicio incluían en letras pequeñas la salvedad de que si Estados Unidos pasaba a la segunda ronda, jugaría en el segundo partido de cuartos de final. O sea, el del sábado.

Había otra anotación, que especificaba que si Japón avanzaba, jugarían en el segundo juego de cuartos de final sin importar que hubiese llegado primero o segundo en el Grupo B.

De hecho, estas notas al calce provocaron en las redes sociales reacciones que cuestionaron la integridad de la competencia cuando desde antes de iniciar la transmisión televisiva hacía exigencias de ese tipo. Algunos se atrevieron a argumentar que estaba hecho a la medida para el equipo estadounidense.

Pero al parecer, todo se trató de una calculada movida de rating.