Los Ángeles. El béisbol, como la vida misma, es cíclico. Y también una disciplina donde los sueños se cumplen.

Algunos de ellos llegaron a ir al Estadio Hiram Bithorn a ver los encuentros en vivo y a todo color, y al ver el calor del juego y la entrega de los jugadores cuando se ponían la camisa que decía Puerto Rico en el pecho, decidieron que esa era la ruta que querían seguir. Y lo lograron.

Pero además de lograrlo, los jugadores que hoy se disfrutan esta edición, se están convirtiendo en ejemplo para nuevas generaciones de peloteros que, igual que lo hicieron ellos, se maravillan con las ejecuciones sobre el terreno y con los múltiples despliegues de la monoestrellada.

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“Vi jugar a (Carlos) Beltrán a Yadier (Molina), a JC Romero y me decía que quería ser como ellos. Y gracias a Dios pude trabajar duro para llegar y hoy estoy aquí con ellos”, manifestó el relevista zurdo, Alex Claudio. “Y se siente superbién (que los niños y jóvenes) nos sigan. Me siento súperfeliz con el trabajo que estoy haciendo. Y les digo que no fue fácil, pero se puede lograr. Hay que trabajar mucho para lograrlo y mientras más metas te pongas, mejores cosas puedes lograr”, expresó el junqueño, de 25 años, y quien pertenece a los Vigilantes de Texas.

“Se emociona mucho uno. En mi caso, mis amigos, mi familia, la gente de mi pueblo y hasta en las escuelas donde estudié me están apoyando. Es increíble”, agregó Claudio.

Para las ediciones del 2006 y 2009, un jovencito del barrio Daguao de Naguabo tuvo la oportunidad de llegar hasta el Hiram Bithorn para ver los partidos. Hoy, Edwin Díaz es el cerrador de un equipo que se ha robado el corazón de los boricuas.

“Los vi en vivo y pude ir al Hiram Bithorn. Me llamaba la atención Javier Vázquez, Carlos Delgado y un sinnúmero de peloteros que eran las glorias del país en aquel momento. Me gustaba la emoción con que jugaban y el orgullo con que representaban a Puerto Rico. Ellos lo daban todo por nosotros y ahora yo tengo la oportunidad de darlo todo por Puerto Rico”, expresó Díaz, de 22 baños.

“Es un orgullo para mí que los muchachos hoy me vean como yo veía a los veteranos en 2006 y 2009. Me puse como meta estar aquí para este año. Y tuve la oportunidad de lograrlo. Claro que hubo que trabajar fuerte para hacerlo, pero gracias a Dios estoy aquí”, agregó el taponero de los Marineros de Seattle.

Recordó que en el 2013, ya drafteado por los Marineros, se vivió los partidos del Clásico y sintió ganas de haber estado allí, aunque comprendió que no se le dio por su juventud.

“Pero vi casi todos los juegos con mi familia en Arizona y de verdad me llenaba de orgullo ver a los muchachos jugando por nuestro país”, dijo.

El guayamés Eddie Rosario, por su parte, dijo que siempre fue fanático de peloteros como Bernie Williams, Carlos Beltrán, Alexis Ríos, Iván Rodríguez y Carlos Delgado, a quienes considera que crearon en él el deseo de querer cumplir el sueño de estar en un torneo como este representando a Puerto Rico.

“Desde niño decía que quería estar ahí también como ellos”, sostuvo Rosario, quien pertenece en las Mayores a los Mellizos de Minnesota.

“De verdad uno se siente más que orgulloso. Sé que hay niños que ahora nos ven a nosotros y dicen que quieren estar en nuestra posición. Y espero poder llevarle alegría a través de lo que hacemos aquí”, manifestó Rosario, de 25 años, quien se toma muy en serio el ejemplo que está llevando.

“Es un peso que uno tiene, llevar el ejemplo del bien para el pueblo de Puerto Rico, que ha pasado por muchas, y que cada día se pone más difícil. Pero es un orgullo saber que nosotros le creamos ese deseo a esos jóvenes y niños de tener un sueño”, finalizó Rosario.