Durante 14 años, la lomita del Parque Concepción Pérez Alberto ha sido su mejor escenario. Allí, desde su debut en el 2003, Jean Félix Ortega ha dejado los mejores momentos de su carrera en el montículo de los Cariduros de Fajardo del Béisbol Doble A.

Hoy día este gran lanzador posee la marca nacional con 41 victorias consecutivas en la temporada regular, esto desde el año 2010. Además, cuenta con un récord de por vida de 64-5 con 24 juegos salvados y una efectividad de 1.61. Por si fuera poco, ha logrado el campeonato en tres ocasiones (2003, 2004 y 2010). Sin lugar a dudas, el respeto que se ha ganado en la loma no se lo quita nadie. Así como tan poco la mancha de cariduro que lleva en el alma, a pesar de ser oriundo del pueblo de Trujillo Alto.

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“Mi primer año llegamos campeones de Puerto Rico. Fajardo es mi casa, es como cuando sales del trabajo y quieres llegar a tu casa. Aquí me siento cómodo, en familia. Es una franquicia que nunca me ha dicho que no y yo sería ingrato si no fuera agradecido con la fanaticada y con el alcalde que es como mi papá. No me gustaría salir de aquí nunca”, expresó el lanzador de 36 años.

Para esta temporada, Ortega busca primeramente mantenerse saludable, ya que para la temporada del 2015 sufrió una lesión en el codo que le afectó hasta la pasada campaña.

“Mi meta personal es poder terminar la temporada saludable. El año anti pasado (2015) me lesioné el codo y luego se me reflejó en el hombro. Entonces, la temporada pasada (2016) mi brazo aún no estaba al 100%. Para esta temporada sí me siento al 100 y quiero aprovecharlo”, enfatizó.

Después de la salud, el abridor de los Cariduros tiene como meta llevar a su equipo a la clasificación.

“La meta colectiva es cualificar, llevamos varios años sin lograrlo y quiero que el equipo lo consiga. Hemos hecho cambios en la rotación y hemos traído ciertos peloteros con la meta de ganar la sección y, después de ahí, dirigirnos hacia el campeonato”, aseguró.

Para el 2016, el trujillano logró una meta impensada, firmó en la Liga Invernal con los Gigantes de Carolina, convirtiéndose en un novato con brazo y malicia de veterano.

“Fue como un premio que jamás pensé que llegaría porque a cierta edad ya uno no lo espera. Me dieron esa oportunidad y yo también me di la oportunidad de estar ahí. Créeme que me la disfruté al 100%”, confesó el jugador que comenzó en el béisbol a sus ocho años.

En cuanto al aprendizaje en el nivel profesional, Ortega se llevó buenos consejos de su primer año con los Gigantes y sintió la gran diferencia entre ese nivel y el aficionado.

“En la pelota doble A me siento cómodo, pero no aprendes más porque no te corrigen, ya que como has hecho un nombre, la gente entiende que sabes lo que haces porque dominas la Liga. En la pelota profesional aprendí a ser más consistente, más agresivo en la zona. Nunca es tarde para aprender”, sostuvo.

Es por este aprendizaje y por la grata experiencia de Jean en esta Liga, que no dudaría dos veces en regresar a jugar.

“Si el año que viene me dan la oportunidad diré presente”, dijo.