Major League Baseball, los Marlins de Miami, sus otros 29 equipos y su fanaticada sufrieron ayer una desgarradora pérdida con la trágica muerte del estelar lanzador cubano José Fernández, quien viajaba en una lancha que se estrelló contra un banco de rocas en las aguas de Miami Beach en horas de la madrugada. Junto a él perecieron otras dos personas que hasta el cierre de esta edición no habían sido identificadas.

Con su resplandeciente sonrisa y vibrante personalidad, su recta y su pitcheo bautizado como ‘Defector’, así como  su amor por la vida, la familia y el béisbol, el as de la rotación de los Marlins tocó la vida de muchos –estadounidenses o no– especialmente a la comunidad cubana del sur de Florida, incluyendo algunos puertorriqueños ligados a esa organización.

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“Todo esto ha sido impactante”, dijo Edwin Rodríguez, quien al asumir el mando con los Marlins de Florida en el 2010 se convirtió en el primer puertorriqueño en dirigir en las Mayores. “Nos hace ver lo frágiles que somos”.

Rodríguez recordó ayer que cuando Fernández fue escogido por los Marlins en el sorteo de novatos de junio del 2011, fue al estadio a visitar el equipo, se quedó a ver una práctica  y pudo compartir con él durante unas horas.

“En el 2011 acabado de firmar yo todavía era dirigente de los Marlins. Él fue con su familia y vio el estadio, el clubhouse, fue a mi oficina y estuvo en el terreno un rato viendo como era el ambiente. Desde entonces lo que se hablaba de él era lo que pasó: que era un muchacho con futuro brillante. Algo que no se me olvida fue que me dijo que iba a trabajar lo más fuerte que pudiese para estar en dos años en las Grandes Ligas. Y así mismo lo hizo. Era un muchacho con mucha confianza en sí mismo”.

Para Rodríguez, Fernández estaba en una misión.

“Es difícil (lidiar con su partida) sabiendo uno lo mucho que logró con tan corta edad. Salió de Cuba después de tres intentos fallidos, se matriculó en una escuela en Tampa, aprendió inglés, se graduó, fue escogido en la primera ronda del Draft y en dos años estaba en las Grandes Ligas. Fue Novato del Año y se proyectaba como una súper estrella porque además del talento tenía ciertas características que uno espera de una superestrella como su gran personalidad, su buen carácter”, dijo Rodríguez.

Entre lágrimas, el exjugador Eduardo Pérez,  exdirigente, coach y analista televisivo para ESPN, realizó en la mañana del domingo, poco después de conocerse la noticia, una emotiva descripción de su relación con Fernández.

“Significaba tanto para la organización, para la ciudad (de Miami), para la comunidad cubana, para los niños... el impacto que tuvo  en el juego... wao... el cielo era el límite”, sostuvo Pérez durante una entrevista en ESPN con su compañera Hannah Storm.

Nacido en Estados Unidos, criado en Puerto Rico y de sangre cubana, Pérez consiguió relatar que los lazos de su familia con Fernández eran estrechos, al nivel de que el lanzador iba a casa de sus padres Pituka y Tany, miembro del Salón de la Fama, a jugar dómino.

 “Lo único que puedo hacer es gritar de incredulidad”, declaró  Tany Pérez, ejecutivo de los Marlins y originario de Cuba, a The Associated Press. “José se ganó el amor de todos nosotros. Siento como si hubiera perdido a un hijo”.

“Su actitud, el entusiasmo que tenía por este deporte y su amor por la competencia... wao... lo perdimos”, dijo Eduardo entre sollozos. “Era un muchacho que no le tenía miedo a nada, porque ya había hecho muchas cosas antes de llegar a MLB”.

 Este recalcó que en  Miami, cuando Fernández lanzaba, los ratings televisivos aumentaban y hasta la asistencia al parque subía.

“El ya había hecho tantas cosas en la vida que lo único que quería era subir a la lomita y jugar el juego, divertirse. Va a ser enormemente extrañado.  Como persona... lo recordaré como pura vida. Que descanse en paz”, finalizó Pérez.