Queda claro que el puertorriqueño Carlos Correa es todo un fenómeno en el diamante. Pero el santaisabelino tampoco deja de impresionar con su trato hacia los fanáticos, especialmente los boricuas.

El veterano dirigente de béisbol Mako Oliveras relató anoche, en su página de la red social Facebook, un tierno episodio que protagonizó Correa. Resulta que el ahijado de Oliveras, a quien identificó como Ricardito, le pidió a su padre que viajaran desde Mississippi hasta Kissimmee, Florida, para ver a Correa en un partido de los entrenamientos primaverales con los Astros de Houston.

Aquí están los protagonistas de la columna de hoy..Gracias Carlos por tu sencillez y humildad de GRANDES LIGAS!!!

Posted by Desde mi Dugout..con Mako Oliveras on Wednesday, March 30, 2016

Ricardito, según Oliveras, tiene 13 años y es diabético crónico. El padre de Ricardito accedió, pero llamó a Oliveras para una ayuda.

“Me llamó pidiéndome de favor que contactara a Carlos para no perder el viaje y le firmara unas pelotas. Yo le dije que trataría, pero la única persona que conocía que está dentro del equipo era Dave Clark, quien jugó para este servidor con los Cangrejeros y es el ‘coach’ de tercera base. Le dije que intentaría conseguirlo pero que estaba difícil”, relató Oliveras. 

Buenas noches mis amigos deportistas..... Hoy quiero hablarles de Carlos Correa, pero no de sus habilidades atléticas,...

Posted by Desde mi Dugout..con Mako Oliveras on Wednesday, March 30, 2016

Sin embargo, la intervención de Oliveras, al parecer, no hizo falta. Y todo gracias al don de gente de Correa. 

“Cuando llegaron de Mississippi, se pararon al lado del autobús de los Astros y esperaron a que Carlos bajara. Tímidamente, Ricardito se le acercó, luciendo su gorra de Puerto Rico y para sorpresa de él y sus padres, Carlos lo llamó, se fotografió con él, y le firmó no una, sino tres pelotas y lo metió dentro del terreno. Lo grande de esto es que en ningún momento Ricardo me mencionó”, abundó Oliveras.

El experimentado mentor terminó su escrito agradeciéndole a Correa el gesto hacia su familia, pues “ese viaje de regreso a Mississippi fue uno bien cortito”.

Correa, de 21 años, se prepara para su segunda temporada en las Mayores tras ganar el año pasado la distinción de Novato del Año de la Liga Americana.