La versatilidad de Raúl Rivera lo ha convertido en uno de los brazos más valiosos de  los Gigantes de Carolina.

Rivera  siempre está listo cuando  las cosas se le aprietan a la novena carolinense.

Este año no fue la excepción.  El derecho comenzó como abridor, luego pasó a ser relevista largo, y en la última semana del torneo se convirtió en el cerrador del equipo.

“Siempre me he enfocado que, sea como lanzador abridor o relevista,  tengo que hacer el mismo trabajo. Tengo que subir a la loma a no permitir carreras. Obviamente, en el rol de abridor uno lanza más y tiene que trabajar un poco más con la resistencia”, dijo Rivera.

El jugador, de 25 años, tiene esta temporada marca de 2-3 y efectividad de 2.83 con tres salvamentos en 14 partidos, seis de ellos como abridor.

“No entiendo como una organización de Grandes Ligas no le ha dado la oportunidad suficiente para el demostrar la clase de lanzador que es”, aseguró Jesús  “Motorita”  Feliciano, dirigente de los Gigantes.

Rivera fue seleccionado por los Astros de Houston en la ronda 37 del Sorteo de Novatos del 2009. Fue dejado en libertad   en  el 2015, y este año jugó   en dos ligas independientes.

“Lo más especial que él tiene es que es un muchacho que está preparado para cualquier tipo de situación.    Raúl es un lanzador agresivo, que independiente  de cuál sea la situación,  mantiene  pitcheos de calidad. Se me parece mucho a su hermano”, explicó  Feliciano.

El apellido Rivera, con  apodo de “Monaguillo” y raíces en La Perla, es  conocido en los diamantes puertorriqueños. Raúl es hermano del relevista de los Criollos de Caguas, Saúl “Monaguillo” Rivera, quien desde el 2013 es el dueño de la marca de salvamentos de la liga invernal.

“Yo he jugado en contra de Saúl, puedo hablar de la confianza  con la que ambos  juegan. Tú sabes que  ellos se van a subir  a jugar  duro y van a lanzar strikes. Van a ir sin miedo y agresivos todo el tiempo”, señaló Feliciano.