El pasado julio, la oficina del Inspector General del estado de Nueva York, presentó los resultados de una investigación que realizó sobre las labores de la Comisión Atlética de Nueva York.

La misma fue llevada a cabo por Catherine Leahy Scott y contiene unos serios señalamientos contra algunos de los oficiales que de alguna manera terminaron embarrados por las circunstancias que rodearon la pelea entre Magomed Abdusalamov e Ismaikel Pérez.

El combate de llevó a cabo en noviembre de 2013 en el Madison Square Garden. La razón principal para la investigación fue la manera poco efectiva que los oficiales de la Comisión Atlética de Nueva York manejaron las lesiones que sufrió Abdusalamov durante el combate.

Al culminar la pelea, el púgil no recibió la atención médica que requería y terminó en estado de coma en un hospital. A pesar de que eventualmente despertó y fue dado de alta, el ruso jamás pudo retomar su carrera dentro del ring debido a severos daños cerebrales.

Pero la investigación arrojó luz sobre otros asuntos que van más allá de adjudicar responsabilidades por lo que ocurrió o no después del mencionado combate. Leahy Scott determinó que el personal de la Comisión Atlética de Nueva York no cuenta con el adiestramiento necesario para lidiar con situaciones médicas en caso de una emergencia. Además, recalcó sobre la importancia de tomar muestras de orina después de los combates y los manejos básicos por la seguridad y bienestar de los boxeadores.

Todos los actuales integrantes de la Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico deberían leer y estudiar cuidadosamente el informe. Les corresponde y es ineludible desmenuzar el extenso documento con el único propósito de aprender y alejarse de potenciales errores que podrían terminar en una tragedia. Sin embargo, sospecho que no lo harán. 

Por ello, presento las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los protocolos oficiales en los eventos que se llevan a cabo en Puerto Rico para atender a los boxeadores que reciban excesivo castigo? ¿Simplemente depositan toda responsabilidad en las manos de los médicos de la Comisión? Si la respuesta es afirmativa, es tiempo de que los actuales comisionados evalúen seriamente cambios de filosofía.

El Inspector general de Nueva York resaltó que los integrantes de la Comisión Atlética de Nueva York cargan con una pizca de responsabilidad por el estado actual de Abdusalamov por, precisamente, no tener activo un plan adecuado. Lavarse las manos como Pilatos no será una excusa razonable y mucho menos aceptada.

A principios de agosto, la Asociación de Comisiones de Boxeo (ABC, por sus siglas en inglés) llevó a cabo su convención anual. Una de las jurisdicciones ausentes fue Puerto Rico.

Temas importantes fueron discutidos en distintos foros durante la Convención. Uno de los principales fue la seguridad de los participantes en todas las modalidades de combate. Los directivos de la ABC están dirigiendo una atención particular a las artes marciales mixtas (MMA) por la creciente popularidad y la necesidad de establecer unas reglamentaciones para elevar la credibilidad.

Una idea que ha circulado es que los estados y los territorios que pertenezcan a la ABC coloquen bajo una misma sombrilla el boxeo con los restantes deportes de combate. El fin es ser más rigurosos en la seguridad de los combatientes, particularmente aquellos que llevan carreras paralelas en más de una disciplina.

Sin embargo, Herman Colberg, presidente de la Comisión de Puerto Rico, ha expresado que no tiene interés en pisar ese terreno.

“No participamos en la Convención de la ABC por falta de fondos. En el pasado (el Departamento de Recreación y Deportes) corría con los gastos, pero luego el comisionado que tenía el interés en asistir tenía que pagar todo”, sostuvo Colberg. “Además, no brego con las artes marciales mixtas, no trabajo con eso. Tienen su propia comisión y no me interesa”, agregó.

La Comisión de las Artes Marciales Mixtas está adscrita a una Comisión de Seguridad que recoge aquellos deportes que no están afiliados al Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur). La separación fue impulsada por el ex comisionado José “Toto” Peñagarícano, quien insistió que ambos deportes debían permanecer autónomos justo en el periodo de discusión de los reglamentos.

En el 2010, unas guías que fueron bautizadas como el Reglamento para Eventos Aficionados y Profesionales de Artes Marciales Mixtas en Puerto Rico fueron aprobadas. El Artículo 10 (Requisitos para Licencia de Competidor Profesional) detalla que cualquiera persona puede adquirir una licencia para combatir oficialmente. Una prueba neurológica, tal vez la más importante, no es requerida.

El pasado junio, una vergonzosa situación salpicó a ambas comisiones puertorriqueñas. La licencia de boxeador de Michael Erosa fue suspendida debido a que, a juicio de la doctora Rosilvia Muñiz, necesitaba un periodo de reposo por el castigo recibido en varios combates. No obstante, dos semanas después de haber entrado en vigor, Erosa entró a una jaula para una pelea de artes marciales mixtas.

En lugar de tomar con seriedad la situación, Colberg despachó el asunto con un simple “son dos comisiones apartes”. ¿Dónde quedó la salud de Erosa?

Al parecer, guardado en una gaveta al igual que el informe de Catherine Leahy Scott.