Aunque un viejo refrán reza que segundas partes nunca fueron buenas, creo que el pleito de desquite del sábado entre el estadounidense Timothy “Desert Storm” Bradley, invicto titular wélter (147 lbs) de la OMB, y el zurdo filipino Manny “Pacman” Pacquiao estará a la altura del primer choque o aun mejor.

Muchas interrogantes quedaron en el aire tras el desatinado y controvertible desenlace que favoreció vía decisión dividida al norteamericano, las que subieron de intensidad en sus siguientes combates (sus penúltimas presentaciones): una aparatosa derrota de Pacquiao (55-5-2, 38 KO) por nocaut en seis asaltos a manos del mexicano Juan Manuel “Dinamita” Márquez, en el cuarto encuentro entre ambos, y otra controvertible decisión de Bradley (31-0, 12 KO), esta vez dividida sobre el ruso Ruslan Provodnikov.

Aunque Pacquiao dominaba la reyerta y parecía que iba a noquear a Márquez, el mexicano lo puso a dormir con un descomunal derechazo, sobre lo que muchos especularon que, unido a la derrota previa, era síntoma de que la magia del filipino –con una racha de victorias sobre los mexicanos Marco Antonio Barrera, Erik Morales (dos de tres) y Antonio Margarito, los estadounidenses Oscar de la Hoya y Shane Mosley, el británico Ricky Hatton y el boricua Miguel Cotto, entre otros– había finalizado.

Bradley, por su parte, volvió a ser visto perdedor por la mayoría en un choque en el que cayó en el último episodio. Ambos tienen mucho que probar y arriesgan mucho en términos de su futuro en este deporte y su capacidad para generar ingresos, por lo que tienen que tener su motivación al máximo.

Todo parece indicar que la pelea, exceptuando una cortadura, llegará nuevamente a los 12 asaltos. Bradley tiene un solo nocaut en sus últimas 13 presentaciones y Pacquiao no ha noqueado en sus últimas siete, lo que añade un aire de incertidumbre a la luz del trasfondo presentado.

Es muy difícil lucir bien ante Bradley por su incómodo estilo de pelea: rápido y fuerte, aunque pobre pegador, combinaciones en ráfagas y tiende a agarrase mucho, lo que interrumpe el ritmo de pelea de su rival.

Pacquiao tiene los ángulos, la velocidad y el boxeo para dominar clara y constantemente a Bradley, tal y como hizo en el primer encuentro para la apreciación de la mayoría, incluyendo uno de los jueces. Repitiendo exactamente la misma pelea, no creo que esta vez lo despojen de una legítima victoria.