El combate entre el ruso Sergey “Krusher” Kovalev, imbatido súper campeón de la AMB y campeón “regular” de la FIB y la OMB, y el igualmente invicto estadounidense Andre “S.O.G.” Ward es, sobre el papel,  de lo mejor que se ha presentado en el 2016. 

Ambos han demostrado excelente técnica, condición física-mental, dominio táctico, maña y disciplina dentro del cuadrilátero a lo largo de  sus respectivas carreras. La gran diferencia entre ambos está en la contundencia de pegada, donde Kovalev (30-0-1, 26 KOs) lleva gran ventaja. 

Otros detalles que inclinan la balanza a favor del ruso son los períodos de inactividad de Ward (30-0, 15 KOs) desde el 2012, con solo cinco triunfos, dos de ellos antes del límite, desde esa fecha. 

Mientras, Kovalev ha logrado trece victorias, once de ellas por nocaut, en ese mismo período, y el que el estadounidense solo ha realizado cinco peleas sobre las 170 libras, las tres más recientes y dos antes del 2010, mientras que el ruso ha hecho toda su carrera pesando 173 libras o más. 

Ward lleva ventaja en calidad de oposición enfrentada y tiene más herramientas técnicas, pero Kovalev no es un tirapiedras robótico y ha demostrado gran mejoría en este aspecto. El estadounidense es unos meses más joven (32 años vs. 33), tienen la misma estatura (6’0”) y el ruso tiene ventaja en alcance (72½” vs. 71”).

 ¿Asimilará el retador la pegada del campeón o podrá evitarla lo suficiente a lo largo de los doce asaltos? Esa es la gran pregunta en este combate. 

De acuerdo a Compubox, Kovalev tira más golpes en promedio por asalto que Ward, pero conecta, igualmente en promedio, menos golpes por asalto. 

Para Ward, esta pelea es un campo minado a caminarse con mucha inteligencia, evitando el intercambio de golpes, mezclando el contragolpeo con el robo de iniciativa y manteniendo la pelea alrededor del centro del cuadrilátero. Mientras, Kovalev debe presionar la acción, tratar de arrinconar a su rival y obligarlo a intercambiar metralla. 

Kovalek luce con más posibilidades, pero si Ward asimila puede hacerle pasar una mala noche.