Con el público gritando su apodo y con el campeón mundial Kosei Tanaka observando desde primera fila, Ángel ‘Tito’ Acosta noqueó a Japhet Uutoni anoche en el décimo asalto del combate que protagonizó el cartel que Miguel Cotto Promotions presentó en el coliseo Roger L. Mendoza de esta ciudad.

El fin vino a los 1:01 de la vuelta, cuando el réferi Roberto Ramírez, hijo detuvo la contienda luego que Acosta derribara por quinta ocasión en el duelo.

“Fue una pelea bastante dura y fue una nueva experiencia llegar a los 10 asaltos por primera vez. Estamos listos para pelear por el título mundial”, dijo Acosta tras la victoria, que lo convirtió en el retador mandatorio de Kosei Tanaka.

El nipón campeón mundial 108 libras de la Organización Mundial de Boxeo, estaba en primera fila, observando el combate.

“Yo me tomo una semanita de vacaciones y luego volvemos al gimnasio. Yo estoy dispuesto a pelear con él donde sea”.

A final del primero, Acosta conectó una zurda en subida que sacudió a Uutoni. Solo las cuerdas evitaron que terminara en el suelo.

Una derecha corta tiró a Uutoni en el segundo episodio, pero Uutoni tiene un estilo incómodo y torpe, lo que le complicaba el avance a Acosta.

Faltando 10 segundos en el segundo, Tito lastimó a Japhet con una derecha, pero el namibiano logró amarrar de inmediato al santurcino y terminó de pie el asalto dos.

En el tercero, Uutoni llegó con su derecha ante un Acosta que se exponía demasiado al lanzar sus golpes de poder.

Confiado, Acosta sonreía cuando Uutoni le llegaba al rostro, intentando infructuosamente de disimular el castigo recibido.

“El muchacho era incómodo. Tiraba golpes volados. Cogí par de golpecitos fuertes pero no me lastimó”, dijo el ganador al respecto.

Acosta varió su ofensiva al inicio del episodio cuatro. Intentaba recibir las embestidas alocadas de Uutoni con un gancho zurdo en pivot sobre su pie derecho, lo que le facilitaba evadir las largas extremidades del namibiano. También mostró buen movimiento lateral.

En respuesta, Uutoni se volvió rudo, convenciendo varias veces a Acosta de intercambiar golpes de poder.

Tras un comienzo poco alentador y apoyándose en sus golpes poco ortodoxos, Uutoni se había metido de lleno en la pelea para el round cinco.

Tito le hizo frente y tras un emocionante intercambio de barrecampos y volados, Uutoni volvió al suelo poco antes de la campana. El de Namibia se puso de pie y regresó a su esquina, listo para seguir peleando.

“Me sorprendió que fuera tan fuerte. Pensé que se terminaría un poco antes, pero él estaba preparado”, agregó el santurcino.

Acosta salió a boxear en reversa iniciando el round seis. Uutoni recibió una derecha entrando que lo detuvo por un instante. Uutoni la absorbió, pero poco después comenzó a retroceder. Acosta tomaba el control del duelo.

En el séptimo, Uutoni lanzaba casi en exclusiva barrecampos y volados. Intercambió zurdas con Tito en el centro del ring. Ambos lucieron sacudidos, pero Uutoni un poco más.

Ya lo había dicho antes de la pelea el namibiano: no vino de tan lejos a rendirse.

Cerrando la vuelta, Acosta pilló a Uutoni contra las cuerdas y lo estremeció con una andanada de golpes. Nuevamente las cuerdas y la campana salvaron a Japhet, quien cuando acabó el round se tambaleaba y casi no pudo llegar a su esquina.

Acosta salió a rematar en el octavo. Mostrando gran capacidad de asimilación, Uutoni lo recibió en el centro del ring. Poco después perdió un punto por continuamente empujar hacia abajo a su rival.

Los golpes al cuerpo hacían mella en el de Namibia. Bajó la guardia y con una derecha a su rostro desprotegido seguido por una zurda, Acosta lo tiró nuevamente. Y nuevamente la campana sonó, salvando al de Namibia.

“Los golpes al cuerpo fueron lo que le bajó el paso (a Uutoni)”, comentó Tito.

Mostrando aire de maratonista, Uutoni salió a la ofensiva en el noveno.

Agotado y recibiendo castigo, Japhet volvió a caer tras un ataque al final del nueve. Increíble, pero cierto, la campana volvió a sonar mientras Uutoni se ponía de pie, lo que por tercera vez lo salvó de recibir más castigo en ese episodio.

Diferente a las dos veces previas, sin embargo, Uutoni salió a pelear en el 10 luciendo aún lastimado.

Observando a su rival herido, Acosta se decidió a matar o morir, atacando con toda su ofensiva en combinaciones a un Uutoni  doblado de cintura y con guardia de caparazón. Las manos del santurcino llegaron y el de Namibia volvió a caer.

Esta vez, la campana no lo salvó.

Viendo a Uutoni en mal estado, el réferi Ramirez, hijo, detuvo la contienda de inmediato. Uutoni se puso de pie y protestó la decisión de Ramírez, sin darse cuenta de que estaba fuera de balance y cayendo de espalda hasta las cuerdas.