Carlos “el Indio” Quintana sabe que en esta etapa de su carrera no pude desaprovechar las oportunidades.

Por tal razón, aunque su próxima pelea no será por un título mundial, sí sabe que es un compromiso que no puede dejar pasar y espera sacarle el máximo provecho.

La cita será el próximo sábado contra Keith Thurman (18-0, 17 KO) en el Citizens Business Bank Arena de Ontario, California, por el título NABO de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en las 154 libras.

“(Thurman) es un boxeador joven, pero esperamos tener una buena pelea. Usaremos nuestra experiencia, iremos con calma”, expresó ayer Quintana a Primera Hora vía telefónica antes de realizar un entrenamiento abierto a los medios.

“Thurman es un buen boxeador, tiene buenos movimientos laterales y un potente gancho de izquierda. Pero lo cogeremos round por round”, añadió Quintana, quien llegará al compromiso con marca de 29-3 y 23 nocauts.

El peleador mocano, de 36 años, viene de ganar dos combates seguidos, el último de ellos sobre Deandre Latimore vía nocaut en el sexto asalto el pasado 5 de mayo en Las Vegas. Su gran demostración lo convenció de que le llegaría otra oportunidad titular, pero no fue así.

“Queríamos una pelea grande, pero optamos por esta, para pelear por un título después. Si no agarraba esta pelea, iba a terminar el año sin subir al ring y no me podía dar ese lujo”, aseveró Quintana.

En Thurman, el Indio tendrá un rival de 23 años natural de Florida.

Según Quintana, la principal estrategia contra el estadounidense será alargar la pelea, ya que, en sus últimos siete compromisos, solo en una ocasión Thurman ha peleado más de cuatro asaltos.

“Confío en el trabajo que se ha realizado. Solo queda llegar a la noche de la pelea y usar mi inteligencia, usar mi madurez, y buscar la victoria”, destacó.

De igual manera, negó que su vasta experiencia, comparada a la de Thurman, sea razón para confiarse.

“Sé que en el boxeo cualquier cosa puede pasar. Me pasó en la segunda pelea contra Paul Williams: entré confiado y recibí un nocaut en el primer asalto. Aprendí de eso, juré que nunca entraría confiado a un ring”.