La boxeadora Amanda Serrano sabe lo que significa  ganar un cetro mundial en Puerto Rico. Ahora el turno será de  su hermana Cindy, quien se  enfrentará  el sábado en Cataño  a Calixta Silgado por el cinturón de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), versión de las 126 libras.

“Pelear en Puerto Rico es un sueño hecho realidad. Amanda ya lo hizo dos veces. Conozco del cariño y apoyo de la gente cuando viene a la Isla.  Hace mucho tiempo había soñado con esta oportunidad y estoy emocionada y  un poco nerviosa”, comentó  Cindy ayer a Primera Hora  antes de comenzar una sesión de entrenamiento en Guaynabo.  

Para la mayor de la hermanas, contar con el apoyo de Amanda ha sido fundamental. 

   “Ella me dijo que es una sensación increíble. En Nueva York recibimos cariño, pero jamás al mismo nivel. El mejor consejo  que me ha dado es que suba al ring, me concentre en el trabajo y los haga sentir orgullosos de mí. Es un poco de presión, pero definitivamente estoy emocionada”, sostuvo la boxeadora de 34 años.

 En el 2008, Cindy colocó en pausa su carrera en el boxeo rentado  por el nacimiento de su hijo. No fue hasta tres años después que  la retomó por insistencia de su hermana.

“En aquel momento sentía que mi carrera iba cuesta abajo debido que había tomado tanto tiempo y no estaba segura si quería regresar. Al ver el éxito de Amanda y su ímpetu despertó el deseo”, dijo. 

“Amanda me presiona, es talentosa y estar a su lado me revela que pertenezco en el mismo nivel”.

Amanda, por su parte, ha dicho en múltiples  ocasiones  que entró al boxeo rentado gracias a Cindy. Este sábado, estará en su esquina dándole aliento durante el combate contra Silgado. 

“Le dije que se prepare para llorar. Las únicas dos veces que he llorado después de una pelea fueron  en Puerto Rico porque es un momento emocional. Es más presión sobre ella, pero está lista. He visto sus  sacrificios y no tengo dudas de que traerá ese título para casa”, aseguró Amanda, quien el 14 de enero de 2017 enfrentará a Yazmín Rivas. 

“Nos motivamos mutuamente. Cuando no quiero correr o entrenar,  es Cindy quien insiste en que debemos trabajar, y viceversa. Soy la hermana menor, pero me llena de orgullo saber que la estoy motivando para que logremos el sueño de ser campeones mundiales a la misma vez”, concluyó Amanda.