Durante gran parte de su reyerta titular del pasado sábado ante Ricky Burns en Escocia, el púgil boricua José “Chelo” González lucía como seguro campeón.

Pero el dolor que sufría en su mano izquierda tras lastimársela en el combate se interpuso entre sus metas, y un “no más” de su parte puso fin a la pelea antes de iniciar el décimo asalto.

Anoche, a su llegada a Puerto Rico frente a más de un centenar de fanáticos vociferantes que lo apoyaban, González se reafirmó en que tomó la decisión adecuada en ese momento.

“Ha sido una experiencia dolorosa. Quería ser campeón mundial, traer la correa a Puerto Rico. Será para la otra. Pero el dolor fue bien fuerte. Pudo más el dolor”, dijo González, quien llegó con su mano izquierda vendada e inmovilizada.

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Según González, la mano venía molestándole por varios asaltos y su decisión en nada tuvo nada que ver con su condición cardiovascular.

“Sabíamos que estábamos ganando la pelea. Me había lastimado en uno de los rounds. Le di en el codo con la misma mano dos veces. Estaba trabajándolo, me movía pero tan pronto tiraba el jab, me dolía muchísimo”, dijo González. “Yo estaba bien (de condición). Había hecho un buen trabajo. Solo me lastimé la mano”.

Para su entrenador, Roberto Nevárez, la decisión de su pupilo todavía lo tiene estupefacto, considerando lo cerca que estuvieron del campeonato de las 130 libras de la Organización Mundial de Boxeo.

“Sabía que había tenido problemas con las manos (durante el entrenamiento). Pero no esperaba eso. No me había comentado (durante la pelea). Por eso no tomé las medidas. Estábamos ganando cómodo. Pero no me dio opción. Me dijo que era la pelea de su vida, pero no podía más nada con el dolor”, relató Nevárez visiblemente compungido mientras agregaba que Chelo debió aguantar 11 minutos más.


“Tenía muchos recursos, y el muchacho (Burns) no lo tocaba. A lo mejor la desesperación lo llevó a eso. Él luego me dijo: ‘Roberto, discúlpame. Hemos hecho un esfuerzo duro’. Yo esperaba otra cosa. Cualquiera se siente bien molesto, pero el boxeo es así, pasan estas cosas. Hay que saber caer y levantarse y vamos con Chelo pa’ alante”.

Por su parte, el promotor de Puerto Rico Best Boxing, Peter Rivera, sostuvo que él se sintió igual de frustrado que Nevárez inicialmente, pero que tras ver los resultados médicos preliminares puede entender la decisión de González.

“Luego de estar tan cerca de esa meta que has trabajado por tanto tiempo, hay cierto punto de frustración en el grupo y en él como atleta. Pero uno hace una evaluación posterior, ves las placas del hospital… pues te das cuenta que fue una decisión acertada”, señaló Rivera.

“El mismo médico dijo que lo que estaba sintiendo el atleta podía traerle luego más problemas en el futuro. Desde ese punto de vista uno se siente más tranquilo. Es cuestión de tratar nuevamente”, dijo Rivera.

“Además, desde el punto de vista deportivo él ha demostrado que está a ese nivel. Estaba dándole una pela a este campeón mundial. Ahora hay que trabajar la recuperación de las manos y volver a tratar. El lunes o martes vamos a hacerle una evaluación con nuestros médicos aquí y darle seguimiento”, sostuvo el empresario boxístico.