Por un lado, López custodia un taxi para complementar los ingresos que recibe por pelear. Mientras, López Sasso labora como abogado contributivo para un bufete. 

Ambos aseguran que mantener intereses profesionales paralelos a sus carreras boxísticas no son impedimento para impulsarse rumbo a un título. esta noche, los dos chocarán por el cetro Internacional de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), versión júnior ligero (130 libras), en la pelea estelar de la cartelera que cobrará vida en el hotel Caribe Hilton de San Juan. 

“Un amigo que era taxista me aconsejó que podía dividir el tiempo entre ambas cosas. Le di cabeza y me metí en esto hace un año y tres meses”, relató López, de 22 años. 

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López trabaja como taxista a tiempo parcial. Durante las mañanas, transita por los principales hoteles de la zona turística y, además, cuando atracan los cruceros. Entre los destinos más solicitados están las playas y los restaurantes. Tan pronto culmina su jornada a media tarde, se traslada al gimnasio en Carolina para una sesión de entrenamiento.

“Ser taxista ha sido una buena experiencia. Algunas personas me han reconocido por mi faceta como boxeador, particularmente saben que he peleado en Nueva York.

¿Es difícil hacer balance entre el trabajo y entrenar?

“No se me hace difícil. Cuando llega el momento para una pelea, dejo de trabajar por dos semanas. En la última etapa no trabajo”.

¿Te ves continuando en este trabajo una vez dejes el boxeo? 

“No sé. Dependerá de lo que pase en el boxeo en el sentido de cómo uno sale de las peleas y en términos económicos. Si el boxeo me ayuda a sustentarme económicamente tanto a mí como a mi familia, vivo de eso. Ahora mismo lo veo (ser taxista) como algo temporero. En el boxeo, las cosas pueden cambiar de un momento a otro. Mi aspiración es ser un campeón mundial”.

¿Entiendes que el futuro de tu carrera estará en juego durante la pelea contra López Sasso?

“Para mí, todas las peleas son importantes y pueden definir mi futuro en el boxeo. Trabajé para ganarle (a López Sasso), para contrarrestar su estilo”.

Ruta poco usual

López Sasso, por otro lado, comenzó en el boxeo por casualidad. Cuando era adolescente peleó con uno de sus hermanos por diversión y, luego, con amigos en el colegio. Con el tiempo descubrió que tenía suficiente talento como para aventurarse a probar suerte en el deporte.

Sin embargo, no dejó de perseguir estudios universitarios. Primero obtuvo un grado en administración de empresas con una concentración en contabilidad, y después de la Escuela de Derecho. Revalidó en ambas profesiones y, actualmente, trabaja a tiempo completo como abogado.

“Mi pasión es el boxeo. Lo haría hasta gratis. Mi profesión es ser abogado contributivo que es lo que me da las habichuelas para seguir en el día a día. Siempre he creído que uno debe tener un plan A, B y C. He tenido la oportunidad de llevar las tres profesiones y lo seguiré haciendo. El boxeo es un deporte volátil que se puede terminar en cualquier momento”, relató López Sasso.

La rutina del joven de 27 años consiste en levantarse a las 6:00 a.m. para correr, luego regresa a su casa para desayunar y prepararse para ir a trabajar. Permanece en la oficina hasta las 7:30 p.m. para ir al gimnasio donde entrena hasta las 10:30 p.m. 

¿Has tenido que trasladar algo del boxeo a la profesión de abogado?

“Sí. Hay que pensar rápido durante la conversación con un cliente para tomar decisiones en segundos, y así otorgarle el mejor beneficio al contribuyente. Eso me ha ayudado en el boxeo porque un segundo puede cambiar todo. Un puño que llegue pueda acabar la pelea e incluso la carrera”.

¿Entiendes que la pelea contra José López definirá tu futuro inmediato?

“Es la más importante de mi carrera. Tomo las peleas como si fuera la última, pero esta en específico, por el escenario, me dará una exposición y sé que con el título internacional se abrirán puertas para mí”. 

¿Te ves abandonando tu profesión de abogado si ganas grandes cantidades de dinero en el boxeo?

“No dependo del boxeo por mis profesiones. Veo el boxeo como una meta personal. Demostrar que se pueden hacer las dos cosas: lo que es la profesión y una pasión. Me decían que no podía trabajar y boxear, pero he demostrado que se puede. Es un objetivo personal. La vida es corta y hay que sacarle el mayor provecho posible”.