Hace unos años, uno de los voceros de prensa de la empresa Top Rank me contó, con cierta frustración, cómo Daniel Ponce de León había tomado tan a la ligera su defensa del título supergallo de la OMB ante Juanma López, que ni siquiera parecía muy concentrado.

“Le recomendé que entrara cauteloso y no lanzando golpes a lo loco como hacía siempre… porque Juanma pegaba –me dijo el vocero–, pero Ponce de León me dijo que esperaba que fuera su pelea más fácil”.

El resultado de aquella pelea de 2008 en Atlantic City fue la victoria más impresionante de la carrera del boricua: un nocaut en el primer asalto sobre el también zurdo mexicano, un campeón defensor que tenía entonces marca de 34-1 y 30 nocauts.

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Casi seis años después, los dos se medirán mañana en el coliseo Rubén Rodríguez, disputando un título regional de la OMB para las 130 libras como parte de la cartelera estelarizada por Danny García.

Ambos subirán al ring en una etapa muy crispy de sus carreras: luego de derrotas recientes, Juanma ante Mikey García al buscar reconquistar el título pluma de la OMB –su segunda corona- y Ponce de León al perder su segundo cinturón –el pluma del CMB- ante Abner Mares.

“Obviamente, esta es una revancha que se pudo haber dado antes”, dice Juanma, reconociendo que lo ideal es que se hubiesen vuelto a enfrentar cuando ambos eran campeones, “pero Golden Boy y Showtime querían la pelea, porque sabían que podía ser muy emocionante”.

Aunque no se trató de un golpe de suerte –a pesar de que Ponce de León apenas ha sufrido dos nocauts en su carrera–, Juanma sabe que es poco probable que el rayo caiga por segunda vez en el mismo sitio.

“No creo que haya otro nocaut en el primer asalto”, dice con franqueza. “El nocaut, si viene, podría venir allá para los asaltos seis, siete, ocho…”.

Tampoco espera otro ataque kamikaze de Ponce de León. Primero, porque el mexicano todavía debe tener impresa en la memoria la pegada del boricua y, segundo, porque parece haber madurado como peleador.

“Está peleando más calmado, no tan alocado”, comenta Juanma.

Pero entonces vino a mi mente otro comentario: el que me hizo una vez el veterano hombre de boxeo puertorriqueño radicado en Los Ángeles, Joe Hernández, quien manejaba a Ponce de León: “Por desgracia, nunca aprendió a boxear”.

Así, mi teoría ahora es que Ponce de León se lanzó a un ataque suicida la primera vez porque sabía que nunca ganaría boxeando y, si esta vez viene más cauteloso como es de esperarse, Juanma le puede dar una lección de boxeo… y hasta noquearlo otra vez.

Pero no me crean mucho: bastante he metido la pata antes con mis teorías.