En 45 peleas, salió por la puerta ancha en 42, incluyendo 35 de ellas por la vía del cloroformo; y fue campeón mundial en tres divisiones, lo que le ganó un puesto en el Salón de la Fama del pugilismo en el 2014.

Sin embargo, sus guerras con rivales como Oscar de la Hoya, Fernando Vargas y Bernard Hopkins se quedan pequeñas, según lo indica, comparadas con la batalla legal que da ahora para poder retener el caudal que con tanto sacrificio ganó.

Actualmente, Trinidad tiene una demanda de cobro en su contra por cerca de $21 millones por parte del Banco Popular y, a su vez, él le tiene una contrademanda a la institución financiera por cerca de $26 millones que incluye el monto disputado más $5 millones por daños y perjuicios.

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Además, él y su padre y exmanejador y entrenador, Félix Trinidad Rodríguez, tienen un arbitraje pendiente en FINRA (Financial Industry Regulatory Authority o Autoridad Regulatoria de la Industria Financiera) por unas inversiones millonarias realizadas por su exasesor financiero, José “Pepe” Ramos, quien también fue traductor durante su carrera y padrino de bodas de Tito.

“Desde septiembre de 2013 nuestra vidas han cambiado, como sabemos que le ha cambiado la vida a todos los puertorriqueños. Muchas noches en vela, proyectos que se han detenido y muchas lágrimas que se han derramado, pero nos han unido y fortalecido más que nunca”, indicó Trinidad, padre al hablar del duro proceso que viven.

“En mi caso, el mío es solo en FINRA. Pero en el caso de Tito es un poco más complicado. Está en juego el capital completo que con tanto sacrificio se ha ganado”.

No obstante el difícil panorama, los Trinidad están confiados en que su representación legal les defenderá con éxito y podrán “retomar el camino de prosperidad para el bien de nuestra familia aparte de aprender de la experiencia para vivir con un futuro con mucha madurez y sabiduría”.

Según Trinidad, padre, Ramos, quien era empleado de Popular, hizo unas inversiones con el dinero de Tito que han puesto en riesgo la fortuna. 

“Estamos hablando de una persona que decía que primero se acababa el mundo antes que el dinero de nosotros se perdiera. Pero según nuestros abogados, hubo un esquema para llevar a Tito a una situación precaria. Y de no prevalecer, llevaría a Tito a la bancarrota. Esperamos en Dios que eso no suceda. Tenemos evidencia que en su momento los abogados expondrán (en corte)”, sostuvo Trinidad, padre.

Durante sus carrera, Tito generó sobre $60 millones y luego de pagar impuestos y hacer inversiones llegó a tener un capital de 40 y pico de millones. 

“Tito tenía el dinero donde lo tenía que poner: en el banco y con el ‘broker’ José Ramos, compadre y padrino de bodas de Tito haciéndose cargo. Pero de la noche a la mañana nos hemos topado con que el dinero se esfumó”, apuntó. 

Ayuda de padre

Bajo la situación actual, Trinidad no solo perdería la fortuna lograda sino también casi todas sus propiedades hipotecadas.

“La única que hemos podido salvar es su residencia, que está paga. Tuve que prestarle unos chavitos y pagarla completa para, por lo menos, asegurar esa”, dijo el mayor de los Trinidad. “Estamos mano a mano juntos. De eso se trata. En las buenas y en las malas luchando”.

Durante la conversación, Tito se mantenía silente, con cierta frustración en su rostro, pero se mostró confiado de que saldrá victorioso.

“Lo malo aquí es que no es un rival para el que puedo entrenar y pelear. Es una batalla en un lugar donde otros pelean por ti (las cortes) y depende de la voluntad del juez. De verdad es que esta es una situación muy injusta”, dijo Tito. “Esta es la pelea más dura de mi vida. Pero con la ayuda de mi esposa, mi papá y mis abogados vamos a dar ese nocaut en nombre de Dios”, apuntó.

Popular mantiene “puertas abiertas”

Mientras, Banco Popular dijo a El Nuevo Día hace unas semanas que mantiene sus “puertas abiertas” para lograr un acuerdo con Trinidad que evite que las partes tengan que participar de un proceso adversativo en diciembre. Además aclaró que el expúgil adquirió su cartera de inversiones en el 2001, pero no fue hasta finales del 2010 que las transfirió, así como un préstamos asegurado por dichas inversiones, a Popular.