La avalancha de reacciones no tardó. 

Como “un robo” fue la sentencia reiterada por los periodistas especializados en boxeo. Los usuarios de las redes sociales fueron más despiadados. Se encolerizaron catalogando a los jueces de “corruptos” y unieron sus voces a favor de las artes marciales mixtas (MMA) por su creciente popularidad. 

Se suponía que Horn fuera un rival que no representaría mayores contratiempos para Pacquiao. El australiano era un desconocido que peleó por primera vez título mundial, pero ante 51,000 personas se creció, le dio una dura batalla a Pacquiao, aunque no lo suficiente como para que los jueces lo favorecieran 115-113, 115-113 y 117-111 para adjudicarse campeón wélter (147 libras) de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

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El filipino fue más acertado en sus golpes al conectar una mayor cantidad, haciéndole daño a Horn. De hecho, durante el noveno asalto el referí Mark Nelson estuvo al borde de intervenir para evitar que Horn recibiera más castigo de Pacquiao. Pero le concedió una oportunidad, tal vez, motivado por el factor de que Horn era el púgil local. 

Decir que el resultado significa “otro ojo morado” para el deporte sería un eufemismo. Hace años, este deporte ha venido sufriendo por la falta de transparencia y de las decisiones fantasmas, del cual el boxeo rentado no se ha podido recuperar. 

Y lo que ocurrió en Brisbane, Australia, no ayudará a la causa.

Jueces inexpertos

Las tres personas nombradas para observar la acción en la pelea estelar carecían de experiencia en escenarios similares.

Waleska Roldán, de Nueva York, favoreció a Horn 117-111, la más dispareja de las tres tarjetas finales entregadas. Roldán solamente ha laborado en cuatro peleas con implicaciones de título mundial. Tampoco ha estado exenta de decisiones controvertibles. 

El pasado marzo, declaró empate (114-114) el duelo entre Román ‘Chocolatito’ González y Wisaksil Wangek, quien obtuvo una decisión dividida a su favor para destronar al nicaragüense. El resultado despertó interrogantes e incredulidad ante aquellos que apreciaron que González merecía ser el ganador.

Los restantes dos jueces, Chris Flores y Ramón Cerdán, de Arizona y Argentina, respectivamente, se habían combinado para dos reyertas de título mundial antes del sábado. Incluso, fue la primera vez que Cerdán trabajó fuera de su país.

El pobre escogido de jueces deja demasiadas interrogantes sobre la mesa.

Negocio redondo 

El combate Pacquiao-Horn fue visto a través de la cadena ESPN por una cifra de 4.4 millones de televidentes, según la empresa Nielsen. Para ESPN, representa la cantidad más alta para un evento de boxeo desde 1995.

En términos numéricos, para la empresa Top Rank fue un éxito y la posibilidad de una secuela en Australia es casi segura.

“Australia, como país, tiene que haber pagado una enorme cantidad de dinero por la exposición que recibió. Bob Arum, listo al fin, puso la pelea en ESPN y la vieron muchas personas”, explicó Peter Rivera, de PR Best Boxing Promotions.

Una cláusula en los contratos le ofrece a Arum –promotor de Pacquiao- la alternativa de negociar una revancha directa. Australia debe ser considerada como sede por encima de otras alternativas. 

Rivera, incluso, se aventura a predecir que la asistencia se duplicaría en la eventualidad de un segundo evento.

“Para la revancha, meten 100,000 personas. El resultado abre las puertas para hacer un evento más grande. Fue una pelea entretenida y en la segunda aumentará más la cantidad de gente. En términos de negocio, es perfecto. La revancha seré el evento más grande de Australia”, afirmó. 

“El boxeo no está muerto. En Europa hay eventos cuya asistencia es de 90,000 personas”, agregó Rivera.

MMA: otra alternativa

A juicio de Rivera, las repetidas decisiones cuestionables continúan espantando a los seguidores del boxeo hacia las artes marciales mixtas.

“Muchos fanáticos están dando el salto porque UFC garantiza entretenimiento y, casi nunca, pasan este tipo de cosas. Es más justo. El boxeo está basado en la falacia de mantener los invictos, mientras que en MMA tienes a un Conor McGregor que tiene varias derrotas, pero es una estrella”, explicó. “McGregor es el tipo de peleador que al público le gusta”.

Rivera señaló que las artes marciales mixtas son un atractivo para el consumidor anglosajón por encima de la NBA, NFL y otras ligas profesionales.

“Se identifican con el MMA”.