Pedro “Pedrito” Márquez estaba listo para abandonar sus aspiraciones en el boxeo rentado debido a que cayó en su segunda pelea. Un amigo de la infancia lo alentó para darle una segunda oportunidad al boxeo.

Un día, el también boxeador Félix “el Diamante” Verdejo lo invitó para que acudiera al gimnasio. Aceptó, conversó con el entrenador Ricky Márquez y, enseguida, comenzó a trabajar.

“Llegué un miércoles al gimnasio Diamante y Ricky me preguntó si estaba dispuesto a echar para adelante. Desde que llegué he visto a Ricky como una figura paterna. Cuando no tenía trabajo, me dio trabajo, vela por mí como si fuera su hijo. Lo que él implanta en uno es disciplina, pura disciplina y que si se tiene uno llegará lejos. Ricky fue de las pocas personas que me ofreció ayuda después de mi derrota”, compartió Márquez, quien resaltó la amistad con Verdejo.

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“Nos criamos juntos, hicimos muchas maldades. Ver como Félix fue ascendiendo en su carrera era un pecado no querer seguirlo. Se mantenía en la iglesia y el gimnasio. Estuvo subiendo como la espuma, dio un salto del cielo a la tierra. Félix viene de abajo al igual que yo, no tenemos la riqueza de un millonario, pero somos hombre de bien”, afirmó el púgil que salió del residencial Las Monjas.

Oportunidad dorada

Para Márquez, enfrentar y vencer a Caraballo despejaría cualquier duda que pueda quedar en su consciencia.   

“Es una buena oportunidad contra un buen rival. Será una de las peleas más grandes que puedan dar al principio de mi carrera”, concluyó.

Parte de la función del sábado en el Palacio de los Deportes en Mayagüez será transmitida por el canal 161 de DirecTV desde las 9:00 p.m.