Fue uno de los duelos más esperados de la época y el Caesars Palace en Las Vegas, Nevada, fue el escenario para que Sugar Ray Leonard y Wilfred “el radar” Benítez protagonizaran una de las peleas más célebres en las postrimerías de la década de 1970.

El 30 de noviembre de 1979, Leonard tenía 23 años de edad, era popular y perseguía su primer cetro mundial. Benítez, mientras tanto, tenía 21 años, era el campeón wélter (147 libras) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y hacía su segunda defensa.

Ambos estaban invictos, pero Leonard no había enfrentado oponentes de la calidad de Benítez. El drama tuvo sus cimientos fuera del ring. Leonard no se presentó al pesaje oficial, según relató Howard Cosell durante la transmisión por la cadena ABC. Dejó a Benítez esperando y quiso proyectar su desagradado cuando, momentos antes de que sonaran la campana del primer asalto, el boricua y Leonard se miraran fijamente.

Ambos gladiadores subieran al ring en espléndidas condiciones físicas. Leonard fue el agresor en los primeros episodios, mientras Benítez esperaba por el momento adecuado para colocar en los contragolpes particularmente al cuerpo y los ganchos de izquierda.

Pero fue durante esa fresca noche en Las Vegas cuando el mundo vio la consagración de Leonard. Durante un intercambio de combinaciones Benítez cayó a la lona y se incorporó a la cuenta de cinco, pero tuvo que esperar el conteo reglamentario de ocho segundos. Cuando el árbitro Carlos Padilla le preguntó si deseaba continuar, Benítez no fue muy claro, pero se le permitió continuar.

Leonard sabía que el final estaba cerca, le cayó encima con poderosos golpes y rápidamente intervino el árbitro para declarar ganador al estadounidense. El momento de la conclusión del combate, los tres jueces tenían a Leonard dominando 137-130, 136-134 y 137-133.

El combate reafirmó que Leonard era una de las grandes figuras del boxeo rentado. Eventualmente enfrentó a Roberto Durán en dos ocasiones, Thomas Hearns y Marvin Hagler.

Benítez, por su parte, se coronó campeón de la división súper wélter (154 libras) y uno de los más celebrados púgiles en la historia del boxeo puertorriqueño.