Miguel Díaz, el entrenador argentino que trabaja en la esquina de Manny Pacquiao como especialista en cortaduras, me contó una vez que Pacquiao y él estaban tan seguros de que el filipino había conseguido una convincente victoria sobre Timothy Bradley, que, al terminar la pelea, estuvieron conversando tranquilamente mientras García le desamarraba los guantes cuando el anunciador informaba la escandalosa decisión: Duane Ford 115-113 a favor de Bradley, Jerry Roth 115-113 a favor de Pacquiao y la jueza C.J. Ross 115-113 a favor del norteamericano.

Al escuchar el estruendo del público, sin embargo, Pacquiao levantó la cabeza sorprendido y García le dijo: “¡Se la dieron a Bradley! ¡Tú perdiste!”

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En efecto, fue un fallo abismal el de esa pelea celebrada en junio de 2012: los números de Compubox reflejaban un claro dominio de Pacquiao en golpes conectados (253 a 159), por ejemplo, y Harold Lederman, juez ‘extraoficial’ de HBO, ni siquiera apreció un choque cerrado, viendo ganar a Pacquiao 119-109.

La jueza Ross luego confirmó su urgente necesidad de emplear el sistema Braille para llevar peleas de boxeo cuando apreció un empate en el pleito de Canelo con Floyd Mayweather.

Ahora, para el choque de revancha, en el que Bradley expondrá mañana su cetro wélter de la OMB en el mismo MGM Grand de Las Vegas, la comisión local nombró al canadiense Craig Metcalfe y a Michael Pernick, de Florida, para llevar las tarjetas junto con el local Glenn Trowbridge, tal vez para evitar que otros dos jueces de Las Vegas vuelvan a meter la pata.

Las apuestas favorecen a Pacquiao 2 a 1 y es fácil entender por qué: ha sido un mejor peleador y mereció ganar la primera pelea.

Pero ya tiene 35 años. Además, si no perdió con Bradley, muchos piensan que tampoco mereció la victoria que le confirieron una pelea antes frente a Juan Manuel Márquez, quien luego le propinó un nocaut de ambulancia.

Así, comoquiera que sea, es posible que el PacMan sí haya perdido dos de sus últimas cuatro peleas.

Bradley, entretanto, viene de vencer a Ruslan Provodnikov y al propio Márquez, por lo que puede llegar a esta revancha con más impulso.

Muchos le hallan un parecido con Evander Holyfield: no será un gran boxeador ni un gran pegador, pero puede boxear o fajarse, siempre está en forma y, para colmo, goza de un talento casi mágico para intimidar con la cabeza y provocar cortaduras sin que el árbitro se percate o le quite puntos.

Es decir, como Holyfield, se las ingenia para ganar. Aunque no sea lindo.

A veces creo que cuando en el boxeo uno ve demasiadas razones cuestionables para que se anticipe un resultado determinado, suele ocurrir lo contrario.

Y yo me huelo otro triunfo de Bradley, esta vez verdadero.