Ya ha pasado poco más de año y medio y los asesinos que pusieron fin a la vida del ex púgil boricua Héctor “Macho” Camacho aún siguen campeando por su respeto en la libre comunidad.

Y aunque en un principio hubo algún tipo de movimiento policiaco para dar con los responsables, la realidad es que la investigación ha quedado en suspenso, moviéndose a la velocidad de un corredor con pies de plomo, algo que el ex púgil Víctor “Luvi” Calleja criticó el viernes en la noche con cierta vehemencia.

“Ya han pasado más de 18 meses y nada. Es un poco frustrante porque no se escucha nada, no se ve ningún movimiento para llevar a los responsables a la justicia”, dijo Calleja, quien fuera amigo de Camacho y quien es conocido por abogar por las necesidades de los púgiles retirados.

“Tengo la esperanza que con la designación del nuevo secretario de Justicia César Miranda este caso se pueda mover un poco más rápido. Quiero ver más acción y a veces no es hasta que las cosas salen en la prensa que el gobierno aligera el paso”.

Según Calleja, la policía posiblemente tiene una idea clara de quiénes fueron los responsables del crimen contra Camacho pero no han sido diligentes reuniendo la evidencia necesaria para poder llevar un caso sólido a corte y poder procesarlos sin que se caiga el pleito.

“Creo que la policía sabe mucho más de lo que han dicho, inclusive quiénes son los culpables pero no tienen todavía un caso lo suficientemente fuerte para llevarlo a un magistrado. No tienen toda la evidencia o los testimonios necesarios. Conozco de muchos policías que se han frustrado por no haber logrado convicciones de criminales que se sabe que son culpables pero han tenido buenos abogados y la evidencia no ha sido lo suficiente para enviarlos a la cárcel. Quizás en este caso la situación es similar y no quieren arriesgarse a llevar el caso todavía”, dijo Calleja.

“Pero la evidencia no va llegar sola. Hay que buscarla. Hay que ponerse a trabajar”.

Según Calleja, Camacho muy posiblemente fue víctima de sus circunstancias, estando en el lugar equivocado en el momento equivocado cuando el auto en donde cogía pon con su amigo de la infancia Adrián Alberto Mojica Moreno, apodado “Yamil”, fue baleado por dos sicarios en la avenida Comerío de Bayamón el pasado 20 de noviembre de 2012.

Aquel día, Camacho y Mojica estaban en un auto Ford Mustang color negro y blanco y modelo del 2006, el cual fue estacionado frente a la oficina del abogado de quiebras Roberto Pérez Obregón. Y a eso de las 7:39 p.m. una guagua Jeep Commander, color gris, se le acercó y se desmontaron dos sicarios.

Camacho, que estaba en el asiento del pasajero, recibió un disparo y a Mojica lo asesinaron fuera del vehículo cuando intentó huir. Se especula que a Mojica le pudieron haber robado una cantidad considerable de dinero y los investigadores del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) le ocuparon nueve bolsitas de cocaína en los bolsillos, una de ellas abiertas en su vehículo. Como evidencia también se recuperaron cuatro casquillos calibre .45.

“Yo no voy a tapar el cielo con la mano. Camacho hacía sus cositas, pero no tenía enemigos ni le debía dinero a nadie por uso de drogas. Era un tipo buena gente, no se metía con nadie. El problema es que siempre andaba en pon y ese día no regresó a su casa. Posiblemente él no era al que buscaban, pero pagó el precio igual”.