Antes de hacer su anuncio, a Iván “Iron Boy” Calderón se le aguaron los ojos.

Pero tal como lo hizo a través de sus años sobre el ring, Calderón evadió con agilidad las emociones que sintió y las controló para, con voz firme y seguro en su decisión, anunciar su retiro como púgil al frente de la comunidad del boxeo boricua.

Calderón, de 37 años, oficializó hoy el fin de su carrera el mismo día en el que fue presentado con su nueva encomienda. El ex campeón mundial ahora será el administrador del gimnasio Félix Pagán Pintor, una moderna instalación de cuatro pisos construida por el Municipio de Guaynabo en el barrio Amelia.

El retiro de Calderón era un secreto a voces, el cual ayer fue finalmente silenciado. El ex campeón mundial en las 105 y 108 libras debutó como profesional en el 2001 y finalizó su carrera con marca de 35-3-1 y seis nocauts.  Su último combate fue una derrota, vía nocaut en el quinto asalto, contra el mexicano Moisés Fuentes el pasado 6 de octubre en Bayamón.  

Entre ojos aguados y sonrisas por ver el apoyo recibido ayer en la inauguración del gimnasio que lleva el nombre de quien fue su entrenador, el mismo Calderón no estaba seguro de sus emociones. 

“Uno no sabe lo que es: si es tristeza que me voy o es emoción por todo el sacrificio que hice en esta carrera que, cuando vienes a ver, fueron 20 años. Dejar algo que le gusta a uno es tan difícil”, compartió Calderón en un aparte con Primera Hora.  


La derrota contra Fuentes fue la tercera en sus últimos cuatro combates. Pero ni tan siquiera ese revés lo convenció del retiro. Fue, según reveló, una mezcla de factores. La oferta de trabajo por parte del alcalde de Guaynabo, Héctor O’Neill, fue el puntillazo final. 

“Cuando se acabó la pelea, ni hablé del tema. Empecé a reunirme con la familia, porque tuve una conversación con el alcalde sobre la posición, y ahí fue que tomé la decisión”, aceptó Calderón.  “En mi última pelea me iba bien, pero tuve una lesión en el hombro.  No era razón decir que me iba a retirar porque estoy viejo o porque estoy luciendo mal.  Tomé la decisión porque el alcalde me dio una oportunidad como administrador del gimnasio”.

Calderón no esconde su agradecimiento al boxeo. Según reveló, tuvo más de un millón de dólares en ganancias, ingreso que invirtió en cinco propiedades y varios automóviles. Y aunque está claro que el ingreso ahora no será el mismo, sabe que la oferta en el gimnasio era una que no podía dejar pasar. Incluso, enfatizó en su intención de entrenar boxeadores. 

“No seré rico ni tampoco seré pobre. Pero con lo que me estaré ganando, trabajaré bien y entrenando atletas como yo, campeones. Con mi habilidad, puedo sacar un buen campeón”, finalizó.