Cuando el próximo miércoles rete a Amnat Ruengoeng por el cetro mosca de la FIB en Nakhon Ratchasina, Tailandia, McWilliams Arroyo estará peleando en una ciudad que tiene su historia para el boxeo boricua.

Se trata de la misma ciudad en la cual, el 2 de junio de 1978, Wilfredo Gómez hizo en el Estadio Provincial la cuarta defensa de su cetro supergallo del Consejo Mundial de Boxeo ante el tailandés Sakad Petchindee.

Este era un peleador que apenas tenía un récord de 2-0, pero aunque Gómez era un invicto excampeón mundial aficionado con marca de 19-0-1 y 19 nocauts como profesional, los locales no la consideraban una pelea tan dispareja: Petchindee era ya una estrella de Muay Thai, el kickboxing tailandés, modalidad en la que eventualmente se coronaría en 11 ocasiones.

Además, venía de probarse como un retador capacitado al ganarle en 10 asaltos al mexicano Juan Antonio López, a quien Gómez noqueó en siete episodios en su defensa anterior.

Para acomodar al público, los organizadores colocaron unas gradas adicionales en lo que en realidad era un viejo estadio de pelota, y se estima que unos 40,000 espectadores presenciaron la cartelera.

“Fueron unas gradas improvisadas que pusieron para agrandar el estadio”, recordó recientemente Gómez.

A pesar de que ya Tailandia tenía la reputación de que un visitante casi necesitaba noquear para que no le robaran la pelea, a Gómez, hastiado de reventar a sus oponentes, no le preocupaba mucho eso.

Aparte de que la paga era buena.

“Me ofrecieron $160,000 por pelear en Tailandia”, reveló. “Mi bolsa más grande hasta entonces”.

“La tentación de los chavos fue demasiado grande para mí”.

Sobre el ring, no hubo dudas: “Fue una pelea cómoda para mí: lo tumbé tres veces y, en el tercer asalto, el árbitro le contó los 10 segundos”, dijo Gómez.

Pero ese final se produjo a los 2:32 minutos… poco después de que parte de las gradas improvisadas se desplomaran, tragedia que dejó un saldo de más de 300 heridos y 10 muertes.

“Yo estaba tan concentrado en la pelea que no me di cuenta de lo que estaba pasando hasta después”, dijo Gómez. “Escuché gritos, pero durante toda la pelea hubo gritos y hasta cohetes que estuvieron tirando todo el tiempo”.

“Todo ocurrió en una parte del estadio que quedaba lejos de donde yo estaba”.

En fin, luego, otro campeón boricua llamado Wilfredo Vázquez –padre– fue a Tailandia, donde, el 9 de mayo de 1988, perdió su cetro gallo de la AMB ante Khaokor Galaxy, quien entonces formó junto a su hermano Khaosai la primera pareja de gemelos que ganaban títulos mundiales.

Y ahora viene McWilliams, cuyo gemelo McJoe deberá disputar el título supermosca de la FIB antes de que cierre el año.

¿Quién dice que la historia no es cíclica?