LAS VEGAS. Hay dos grandes modelos de peleadores que han asumido control de sus carreras y han entrado de lleno al mundo de los negocios dentro de la industria del boxeo: Oscar de la Hoya y Floyd Mayweather, hijo. A menor escala, Miguel Ángel 'Junito' Cotto va en ese mismo camino.

Cotto, quien luego de una sobresaliente trayectoria en el aficionismo se unió a la empresa promotora Top Rank, ha tomado las riendas comerciales de su carrera y en el proceso se ha ligado en una sociedad de unos $50 millones por tres peleas con la compañía Roc Nation del rapero Jay Z.

Es, preliminarmente por falta de evidencia pero con casi absoluta seguridad, el boxeador boricua de mayores ingresos económicos en la historia, con una fortuna que se ha diversificado más allá de su trabajo en el cuadrilátero, aún sin tener magnetismo personal en un amplio sector de la opinión pública.

Ha levantado, asimismo, su propia empresa boxística, Promociones Miguel Cotto; la institución caritativa Fundación El Ángel; y múltiples inversiones en establecimientos, lídea de ropa y bienes raíces. Todo surgió por visión de su ya fenecido padre, y con apoyo de su equipo de trabajo que encabezan el asesor legal, Gabriel 'Gaby' Peñagarícano, junto a Bryan Pérez y Héctor Soto.

“Esto tiene un nombre: Miguel Ángel Cotto Carrasquillo. Él fue el que encaminó, puso las pautas y puso esta máquina a correr. El resto ha sido solamente darle seguimiento a su visión”, dijo Cotto tras el pesaje de ayer para su combate de esta noche ante el mexicano Saúl 'Canelo' Álvarez en el hotel Mandalay Bay de Las Vegas.

“Simplemente tratamos de brindar un poco de lo que el boxeo me ha brindado a mí y a los muchachos en Puerto Rico. Y creo que hemos hecho un excelente trabajo”, agregó.

Su nivel económico, incluso, llega al punto que no tuvo reparos en ceder su faja de campeón del peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en vez de pagar poco más de un millón de dólares entre la cuota de aval al organismo, junto al suspenso por el pago de $800,000 al retador mandatorio, el kazajo Gennady Golovkin, para hacerse a un lado y permitir el duelo ante Álvarez.

“Es que sus peleas, sea carismático o no, es tremendo peleador y a la gente le gusta ver sus peleas. Tan sencillo como eso. Por eso las compran y ha tenido éxito. Aparte de eso, es astuto en los negocios, no es ningún tonto. Es una persona muy inteligente”, comentó Peñagarícano.

“Está de lleno también en esas otras facetas, aparte de boxeador. Es el que toma las decisiones porque son sus empresas y sus negocios. No es que está ajeno, está muy envuelto. Es el jefe”, añadió.

Mark Taffet, vicepresidente de operaciones deportivas de la cadena HBO, opinó que “como mucho de los boxeadores actuales, Miguel ha asumido mucho más control de su carrera y en los intereses de los asuntos de negocios. Es una gran señal cuando los atletas toman ese interés en sus carreras y trabajan con un grupo de profesionales a su alrededor, como está haciendo Miguel”.

Reiteró, asimismo, que hay una buena base para explicar la fortuna generada por el peleador cagüeño. “Miguel es una de las verdaderas super estrellas del boxeo, y lo ha sido por más de una dácada. Ha peleado contra los más grandes y mejores boxeadores de su época con frecuencia. Su estilo de pelea siempre produce una gran experiencia para los fanáticos y los fanáticos responden muy fuerte cada vez que sube al cuadrilátero”, agregó.

Peñagarícano, a su vez, resaltó el desarrollo de Cotto en cumplimiento a los deseos de Don Miguel.

“Don Miguel siempre quiso desarrollar otros negocios para Miguel aparte de su carrera como boxeador... estamos orgullosísimos de que ha podido ser tan exitoso fuera del cuadrilátero. Lo hemos apoyado y hemos trabajado en conjunto, logrando muchas cosas para llevarlo a donde Don Miguel las quería llevar. Don Miguel, que en paz descanse, estaría muy orgulloso del éxito de su hijo en esas otras facetas”, concluyó Peñagarícano.