RIO DE JANEIRO — El boxeo olímpico ha ganado sus primeros asaltos al profesionalismo en Río de Janeiro.

Los tres pugilistas profesionales que lograron clasificarse de último momento al boxeo olímpico, luego que se les abrieran las puertas para competir en estas lides, fueron eliminados. Dos de ellos fueron vencidos el martes; uno incluso perdió por nocaut técnico.

A inicios de año, la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) dio luz verde para que los profesionales participasen en los Juegos Olímpicos, una decisión dirigida a colocar a la disciplina a la par de otras que permiten esa posibilidad desde hace buen rato.

"Este es un inicio del programa de la AIBA", dijo el entrenador del equipo de boxeo olímpico de Azerbaiyán, el cubano Pedro Roque. "Estamos empezando a introducir el profesionalismo".

Para el cubano, "los objetivos reales se van a cumplir en el 2020 en Tokio".

Uno de los profesionales que más llamó la atención, el italiano Carmine Tommasone, fue derrotado por decisión unánime en tres asaltos (3-0) por el cubano Lázaro Álvarez, un bicampeón mundial y bronce olímpico.

Tommasone, quien llegó con más de una decena de victorias y un título intercontinental vacante, había despachado previamente al mexicano Lindolfo Delgado.

Más tarde, el francés Sofiane Oumiha despachó al profesional tailandés Amnat Ruenroeng por nocaut técnico en el segundo round en la división ligera. En la primera jornada del sábado, el camerunés Hassan Ndam Njikam cayó por decisión unánime (3-0) ante el brasileño Michel Borges.

Roque considera que el principal factor por el que estos peleadores fueran eliminados en las primeras etapas del torneo de debe a que no tuvieron el tiempo suficiente para prepararse físicamente. Los tres se clasificaron apenas en un torneo realizado en julio en Venezuela.

Algunos profesionales, incluyendo de cartel, no se animaron a buscar el pasaje por esa razón y por otras, como contratos que tenían que cumplir o porque algunos organismos reconocidos del boxeo rentado se opusieron a esa idea.

Los profesionales también dejaron en claro que les costó adaptarse al tren de solo tres asaltos del olimpismo, o cómo manejarlos.

"No han tenido tiempo de adaptarse al primer asalto", estimó el entrenador Roque.

El cubano Álvarez y el italiano Tommasone coincidieron.

"Los profesionales se quedan muy parados, y yo hice mi boxeo", entrando y golpeando con todo desde el campanazo inicial, dijo Álvarez.

En el boxeo profesional las peleas llegan incluso a los 12 rounds, y los púgiles pueden ir de menos a más.

"Traté de adaptarme a los tres rounds, pero no pude", señaló el italiano.