CIDRA. Desde hace dos semanas, José “Sniper” Pedraza tiene otra razón para dejar a un lado las festividades navideñas y  entregarse  de lleno a los entrenamientos  de lo que será,  posiblemente,  la pelea más importante de su carrera en el boxeo rentado.

El pasado 18 de noviembre,  Pedraza se convirtió en padre por tercera ocasión, y  el primer retoño junto con su esposa Miliaritza Rivera. El púgil también tiene dos hijos de una relación previa. 

Cuando carga en sus brazos al pequeño Dylan, Pedraza medita sobre las implicaciones que estarán en juego cuando enfrente a Gervonta Davis el 14 de enero de 2017. 

Esa noche, arriesgará la faja júnior ligera (130 libras) de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) ante el invicto estadounidense durante una cartelera que tendrá como escenario el Barclays Center en Brooklyn, Nueva York.

“Puedo decir que la pelea es una pelea importante. A todos los boxeadores que enfrento les gustaría tener mi título,  ya que también quieren ser campeones. Logré mi sueño, pero no termina ahí. Quiero unificar y ganarle a los mejores”, compartió Pedraza al  recibir a Primera Hora en su hogar en Cidra.

“No porque sea campeón me voy a tener que conformar ni se lo haré fácil a Davis. Simplemente subo al ring como si fuera el retador para sentir ese deseo y el hambre de seguir siendo campeón”, agregó.

¿Entiendes que tu familia es la mayor motivación?

“Definitivamente, mi esposa y mis hijos son mis inspiraciones. El fanático puertorriqueño también me sirve para dar lo mejor dentro del ring. Davis quiere lo que tengo, pero soy el de mayor experiencia. Davis es simplemente un muchacho talentoso”.

¿Cómo pones en una balanza tus responsabilidades como atleta con ser esposo y padre?

“Gracias a mi papá (Luis Espada), se coordinan bien los entrenamientos y se separan de la vida cotidiana familiar. Si acaso hay una actividad con mis hijos, hacemos los ajustes,  ya sea entrenando más temprano para cumplir con todas las obligaciones”.

Pasarás las navidades entrenando, ¿es algo normal?

“Anteriormente he pasado las navidades en el gimnasio. Cuando gané el título mundial juvenil del Consejo Mundial de Boxeo, la pelea fue un 30 de diciembre, regresamos a Puerto Rico el 31 y despedimos el año en la carretera. La idea es cumplir con tanto los entrenamientos como con las actividades familiares. Durante el embarazo de Miliaritza hicimos los ajustes con las citas médicas en las mañanas para luego ir al gimnasio”.

Cuando tienes a Dylan en tus brazos, ¿entiendes que cargas con una gran responsabilidad de ganarle a Davis para buscar un segundo título mundial?

“Sí. Desde que mis hijos nacieron, he sabido luchar y enfocarme más en mis entrenamientos y mi trabajo para lograr lo que soy hoy. Ahora con el nacimiento de Dylan, son nuevas metas, otra faceta de la vida. Davis está en el camino, se puede decir que es  un obstáculo, pero mi nueva inspiración es Dylan. Sacaré a Davis del camino para alcanzar esos nuevos sueños. Seguir ganando para traerle más gloria a Puerto Rico”.

 Durante el primer encuentro en Nueva York para anunciar a los participantes dela función, Davis afirmó sin titubear que no se conformará con menos que el cetro de la FIB.

¿Piensas que Davis fue un poco arrogante?

“Pensé que sería más, pero al final cedió. Se le vio cuando estuvimos interactuando después de la conferencia. Me dijo que era buena gente, pero que dejaba de serlo una vez estaba dentro del ring. Al final todos los atletas somos así”.