Si Manny Pacquiao finalmente se une a Floyd Mayweather Jr. en el cosmos de los púgiles retirados, el boxeo rentado habrá perdido a sus dos principales atracciones.

Eso no significa que el deporte quedaría huérfano. Un puñado de boxeadores están en posición para ocupar los espacios dejados por Pacquiao y Mayweather en el momento indicado.  

A continuación, presentamos aquellos rostros con el potencial necesario para mantener latiendo la tradición de los mega-eventos de ‘pay per view’ 

Deontay Wilder (36-0, 35 KO)

El campeón peso completo posee todos aquellos elementos que el amante del boxeo disfruta ver dentro y fuera del ‘ring’. Wilder tiene una devastadora pegada y, a su vez, el carisma para devolverle a la división el brillo que ha carecido durante la pasada década.

Danny García (32-0, 18 KO)

Posee la personalidad, el talento y las habilidades requeridas para dar el salto a la cima del deporte. Parecía encaminado en esa dirección cuando derrotó a los excampeones mundiales Erik Morales, Amir Khan y Zab Judah. Pero la decisión de permanecer con el promotor Al Haymon ha frenado su ascenso. A pesar de que no pelea desde el pasado enero cuando derrotó a Robert Guerrero, no se debe perder de vista.

Keith Thurman (26-0, 22 KO)

Nada parece estar en el camino del campeón welter (147 libras) de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Thurman es la figura perfecta que puede atraer a la base del público afroamericano que se identificaba con Mayweather. Su talento dentro del ‘ring’ es incuestionable; solo falta una victoria significativa que lo proyecte a las masas.       

Terence Crawford (28-0, 20 KO)

El monarca de las 140 libras está en posición para ser la principal atracción de Top Rank ahora que Pacquiao va de salida. Es algo tímido, pero una vez dentro el entarimado es una fiera.

Gennady Golovkin (34-0, 31 KO)

Está a un paso de ser la principal estrella del boxeo rentado. Un pleito contra el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez será el distintivo que necesita Golovkin para agarrar el trono. Además, definiría de una vez que puede amasar números de ‘pay per view’ comparables con sus contemporáneos.