Cuando mañana suba al ring para retar a Terrence Crawford por el cetro ligero de la OMB, Yuriorkis Gamboa, de 32 años y con marca de 23-0 y 16 nocauts, traerá consigo poco más de un año de inactividad.

No hubo lesión: sencillamente el peleador cubano, quien en determinado momento despuntaba como una de las grandes promesas del boxeo cuando reinaba como campeón pluma de la AMB después de haber sido campeón olímpico, vio frenado su impulso luego de entrar en una seria disputa contractual con Bob Arum y la empresa Top Rank.

A la postre terminó firmando con el rapero y ahora promotor boxístico 50 Cent y, luego de buscar sin éxito un choque con Mikey García, controlado por su antiguo promotor, apenas ha hecho dos peleas -ganando títulos interinos de las 130 y 135 libras- en el último par de años.

Pero ahora Arum, quien antes había jurado que Gamboa jamás volvería a pelear en una de sus carteleras, le brinda la oportunidad de retar a su campeón más reciente en una transmisión por HBO.

Crawford, de 26 años y natural de Omaha, viene de destronar al británico Ricky Burns para mejorar su marca a 23-0 con 16 nocauts -idéntica a la de Gamboa- y estará haciendo su primera defensa en el Omaha Link Center de Omaha, Nebraska.

Será, según se ha dicho, la primera pelea de campeonato que se celebre Nebraska en 42 años: desde que Joe Frazier defendió su cetro pesado con un nocaut sobre el ídolo local Ron Stander en 1972.

Aunque las casas de apuestas tienen de ligero favorito a Gamboa -aproximadamente 1.5 a 1-, todo el andamiaje parece construido a favor del campeón, quien es más alto (5’8” frente a 5’5”), tiene el ‘baqueo’ del promotor y debe gozar de un amplio respaldo de la fanaticada.

Además, no es mal peleador y es un ligero natural.

Entretanto, Gamboa, apodado “el Ciclón de Guantánamo” y acostumbrado a gritar “¡y de categoría cinco!” cuando uno lo llama de esa manera, tiene una peligrosa propensidad a caer a la lona -ya ha sufrido seis knock-downs-, en gran medida debido a que a veces ataca alocadamente, olvidándose su velocidad y su excelente boxeo.

Hay quien piensa, de hecho, que Gamboa cometió un error al coger esta pelea, acuciado por la desesperación de volver a ponerse en órbita… y en HBO.

Y, en una teleconferencia, él reconoció que hay cierta validez en esa apreciación.

“Sé que es un buen peleador, pero hay una gran diferencia”, dijo, sin embargo: “Mi velocidad y mi potencia. Sé que, al ganarle, vendrán cosas mejores”.

¿Qué habrá mañana, huracán o vaguada? Depende de cómo le soplen los vientos.